miércoles, 16 de mayo de 2012

Segundo Capítulo


Corriendo volví a entrar en casa. Di un beso a mi hermano Jack que salía del baño y entré yo. Me quité la ropa y me sumergí en la bañera. Observaba todo el baño desde allí tumbada. Me gustaba mucho el sencillo lavabo de madera con margaritas a juego con la bañera. Las paredes eran simples maderas, como en toda la casa. Salí de la bañera, ya arrugada por el tiempo que había pasado dentro, y me fui a arreglarme. Mi habitación era pequeña y tenía dos camas bastante juntas, la de mi madre y la mía. Sobre la colcha marrón caqui de mi cama se encontraba un alegre vestido rosa claro con unas cuñas de flores del mismo tono. Mi madre me recogió el pelo por los laterales y me lo enlazó atrás con un lazo. Cuando todos estuvimos preparados nos sentamos en las sillas viejas que, junto con la mesa, ocupaban el pequeño comedor contiguo a la cocina. Todos nos mirábamos, silentes, no sabíamos que decirnos ni que hacer. Sonó la campana que indicaba la hora de reunión ante el Edificio de Justicia para la cosecha. Alcé la cabeza y miré a Will aterrorizada. Su nombre entraría 26 veces en la urna ese año, y el mío 3. La suerte no está siempre de todas las partes. Me levanté rápidamente de mi silla y di un gran abrazo a todos, prolongando un poco más a mi hermano, podría ser el último que le diera. Salimos de casa y nos dirigimos a la plaza. Por el camino cada uno fue encontrándose con los vecinos y amigos que vivían cerca a nosotros, todos menos yo. Mis únicos amigos vivían en la mejor casa del distrito , exceptuando la Aldea de los vencedores. Mis amigos eran los hijos del alcalde.
Casi no me di cuenta de que habíamos llegado a la plaza. Nos acercamos para hacer el habitual procedimiento de la sangre y luego nos colocamos divididos por chicos y chicas. Busqué a Sofía y la hallé en una de las primeras filas. Me acerqué con una leve sonrisa y la cogí muy fuerte de la mano. Vimos como Melanie Correine se colocaba con sus excelentes modales del capitolio y daba su aburrido discurso:
-Bienvenidos a todos a los vigésimoquintos juegos del hambre. Como por todos es conocido, este año se cumplen 25 años desde los primeros juegos y este es el primer Vasallaje de los veinticinco –Carraspeó un poco y continuó.- El presidente Snow quiso que estos juegos fueran especiales y la sorpresa debía ser guardada hasta este momento. Se ha decidido que todos ustedes deberán votar a un chico y a una chica de vuestro distrito. El niño y la niña más votados, serán los enviados a los juegos. Esto es para recordaros que sois vosotros mismos los que habéis creado estos juegos cuando os rebelasteis .Dicho esto, debéis rellenar las papeletas que los agentes de la paz os están entregando e introducirlas en las urnas –femenina y masculina.- correspondiente.
Toda la plaza estaba muda y paralizada por el miedo. ¿Nos iban de verdad a condenar nuestros amigos y familiares a morir? Yo estaba segura de que mandarían a algunos de los profesionales, de los que se entrenan para ir a los juegos. Mi familia no era de esos. Rellenamos los papeles. Los metimos en las urnas. Cada uno volvimos a nuestros lugares. Los agentes de la paz contabilizaron los votos. Fueron unos momentos de inquietud y miedo. ¿Quién habría salido elegido? Tal vez fuera Max, uno de los que más duro entrenaba y más sed de sangre tenía. ¿De chica? Sinceramente no tenía ni la más remota idea, pero estaba tranquila por Sofía, la hija del alcalde no saldría elegida jamás. Cuando los agentes hubieron terminado, introdujeron los nombres vencedor en la urnas. Melanie se acercó a la urna de las chicas.
-Empezaremos por las damas. –Se aclaró la voz, cogió el papel y lo desdobló con cuidado y no tardo mucho, pero a todos nos pareció una eternidad. Hizo una mueca de satisfacción y se acercó al micrófono. ¿Quién es? ¿Qué nombre hay puesto en esa papeleta? Pensaba yo. Mis dudas se disiparon en cuanto leyó alto y claro.- Isabella Norwalk.
Alcé la cabeza –Que ni sabía que la había agachado.- Solté la mano de Sofía y antes de que mis lágrimas empezaran a caer por mi mejilla, me fui hacia el escenario. Tenía mucho miedo. Y no dejaba de preguntarme: ¿Por qué? ¿Por qué me han elegido a mí? Nadie de este distrito me aprecia, o al menos, no aprecia mi vida.

4 comentarios:

  1. Hola!

    Me encanta como estás empezando la historia, escribes genial. Yo también tengo un blog, sobre la vida de Mags y justo ahora también estoy en el primer vasallage de los 25, pero como mentora, claro!

    Te dejo el link por si te interesa ver otro punto de vista: http://drewintheskystories.blogspot.com.es/

    Espero que te pases si puedes, a ver si hay suerte y te gusta tanto como a mí el tuyo.

    Petons de maduixa!

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias de verdad :D Me alegro de que te haya gustado!!
    Ahora mismo me paso a ver el tuyo,que seguro que es igual o más genial incluso!
    Te voy a afiliar a mi página :)
    Un besazo enorme!!

    ResponderEliminar