viernes, 29 de junio de 2012

Decimosexto capítulo


¡Por fin he podido subir! No os imagináis lo mucho que me está costando concentrarme para escribir..No es largo,pero quería subir algún capítulo de nuevo. Un besazo enorme!

Nuestro cuarto día en la arena comenzó bastante normalito. Douglas y yo fuimos los primeros en levantarnos y empezamos a recolectar comida,la cuál juntamos con la del día anterior que se encontraba casi intacta,aún nos quedaban las bayas y uno de los animales muertos. La lluvia,que se convirtió en tormenta muy rápidamente, nos sorprendió a menos de la mitad del camino de vuelta. Corrimos al pequeño campamento improvisado para ir a buscar al resto,pero no había nadie. Intentamos buscarlos e incluso los llamamos a gritos. Tuvimos que abandonar la búsqueda;la lluvia nublaba nuestra vista y calaba nuestros huesos. Fui junto a Douglas y nos refugiamos debajo de un árbol. Nos abrazábamos muy fuerte,buscando el calor del otro,como dos hermanos pequeños asustados en un día de tormenta. La lluvia se fue calmando y el sol salió débilmente entre las nubes. Para nosotros fue suficiente para ponernos en marcha y buscar a los pequeños. Perdí la noción del tiempo. Gritábamos,sin miedo a que nos oyeran. Me daba igual morir,pero no permitiría que ellos tuvieran una muerte brutal,cruel y dolorosa. Llegó la noche. Nos sentamos Douglas y yo debajo de un árbol y esperamos al himno. No habíamos oído ningún cañón,pero todo podía ser.. Sonó el himno pero ninguna cara apareció en el oscuro cielo. Suspiré aliviada y me dormí en los brazos de Douglas. Me desperté casi a mediodía. Busqué a Douglas que no andaba lejos. Le encontré sentado en el suelo jugueteando con un palo. Me acerqué por la espalda y me senté junto a él. Tenía los ojos rojos,había llorado. Mis ojos buscaron los suyos con preocupación. Le agarré de la mandíbula para que me mirara. No hizo falta más que unas palabras susurradas: “Alice….Timothy”. Noté como mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas.Me abracé a Llue muy fuerte. “No puede ser,esto es un sueño,solo un sueño..Dentro de poco te despertarás en tu casa,en el distrito 4,y nada de esto será real,ni siquiera los malditos Juegos del Hambre.”No paraba de repetirme eso¿Para qué? No lo sé.
El resto del día pasó lentamente. Cada minuto me parecía una eternidad..Hasta que llegó la hora de comer. Me levanté y cogí un par de cocos que habíamos encontrado en los anteriores días. Yo me lo comí con rapidez debido al hambre que tenía,pero Douglas apenas probó bocado. Después de mucho insistir terminó comiéndoselo. Intenté en varias ocasiones que se levantara,pero no cedía.
-Deberíamos ir en busca de William,¿No crees? –Dije en un momento dado.-Quizá él también nos esté buscando..
Me miró y pareció que esas palabras le habían hecho reaccionar,porque se levantó. Él se colocó delante de mí abriendo camino,como si él supiera donde se encontraba William. Andamos durante unas horas. Ya había perdido yo toda esperanza de encontrarle con vida,o simplemente de encontrarle. Una sombra surgió repentinamente de entre unos arbustos y se abalanzó sobre nosotros. Entre la oscuridad y el cansancio,pensé en un primer momento que sería William,pero me equivoqué. La sombra nos había tirado al suelo,por lo que tuve que ponerme en pie para ver de quién se trataba. Lo único que los rayos de la luna llena me permitían ver era a Douglas peleando ferozmente contra una figura que se encontraba encima de él. El pelo rubio de Douglas se mezclaba con mechones marrones del otro chico. Forcejeaban,se pegaban puñetazos,patadas..El otro incluso tenía un cuchillo con el que hacía pequeños cortes a Douglas. En un rápido movimiento,Douglas,consiguió posicionarse encima del chico. Con cada gota de sangre que vertían las heridas de mi compañero de distrito,caía una lágrima de mis ojos. Ellos peleaban y yo gritaba y sollozaba. No tardó en aparecer un tercer chaval,esta vez uno que yo conocía.William.Aunque parecía diferente. Sin dudarlo ni una sola vez se metió en medio de la pelea entre los dos. Eso no lo habría hecho el William que yo conocía,pero la pérdida cambia a las personas,y más si se trata de tu hermana a la que quieres proteger.

sábado, 16 de junio de 2012

Quinceavo capítulo



No es demasiado largo,pero os (intentaré) compensar subiendo capítulos más a menudo.Pensemos en positivo,el viernes ya acabamos el colegio y los exámenes :) Espero que os guste,un besazo enorme!

Más cañones en el alba nos despertaron. En realidad solo fue uno,pero era inesperado. Nosotros estábamos bien,los cinco. La tristeza me invadió al recordar a Raphael. Nos levantamos y salimos uno a uno con cuidado de nuestro escondite. Esta vez volvimos a separarnos,pero los grupos cambiaron. William,Llue y Timothy fueron por un lado a cazar y a… a matar a otros tributos. Me parecía muy cruel,y en un primer momento me había opuesto,pero decían que antes o después habría que hacerlo. Acepté a regañadientes. Alice y yo nos ofrecimos para recolectar frutas o buscar algo para comer. Encontramos unas bayas moradas,unas manzanas,y también recogimos algún animal muerto que nos encontramos por el camino. Nos reíamos y disfrutábamos de nuestra mutua compañía. Ella me contó fantásticas historias sobre su hermano pequeño,que al parecer era una ricura. Yo le comenté las tardes geniales que pasaba con Marcus y Sophie. Cuando nos quisimos dar cuenta,ya habíamos parado a comer y el atardecer estaba a la mitad. Nos sentamos en una rama de un árbol bastante grande y observamos el sol y los animales. Solo quedábamos nueve tributos ¿Quién habría muerto esta mañana? Ya solo quedaban unas horas para averiguarlo.
-¿Quién crees que llegará a casa? –Preguntó la pequeña de ojos verdes sacándome de mi ensimismamiento.
-Ganará quién más lo merezca.. O eso sería lo justo –Añadí en un murmullo.
-¿Y quién crees que podría ser esa persona? Me gustaría que ganara Timothy..pero él dice que no quiere,si no es él querría que ganarais Llue o tú. –Dijo con la mirada fija en una pequeña flor.
-Yo creo que todos merecéis ganar,pero especialmente Llue, que ha luchado por todo… -Terminé de procesar lo que ella me había dicho-¿Por qué no quiere ganar Timothy?¿No te gustaría que ganara tu hermano?-Me miró.
-Timothy dice que no le queda nada allí donde vive.Es huérfano y no tiene hermanos.Todos le odian,por eso le han mandado aquí,realmente,a todos nos odian… -Dijo algo apenada. Continuó hablando.- William y yo vamos a morir juntos,tenemos que morir juntos..De alguna manera…Lo sé,ambos los sabemos.No sé si habrás oído hablar de la conexión entre mellizos y gemelos ¿Esa que te hace saber como está tu hermano antes de que él te lo diga? Pues esa conexión me dice que moriremos los dos,y pronto.
La abracé intentando quitarla esa idea de la cabeza.Llue y yo les habíamos aceptado con nosotros para salvarles,aunque era imposible hacerlo con todos ellos… Pero al menos teníamos la esperanza de que uno de ellos ganara. Cuando consideramos que ya era hora de volver al campamento nos pusimos en pie sacudiéndonos la arena y las piedras. Asco de Arena,asco de Juegos y asco de todo. Otro cañón.¿Acaso no iban a cesar las muertes nunca? Pensé enfadada y a la vez aterrada. Le di la mano a Alice y nos dirigimos al escondite,pero una voz,la de Llue, nos advirtió de que diéramos la vuelta.Corrimos todo lo que nuestras piernas nos permitieron,hasta llegar a un entramado de árboles.Llegaron poco después los chicos y nos sentamos en el suelo. Me acerqué a Llue,y me sorprendió ver que lloraba. Tenía las manos llenas de sangre que no era suya , y me miraba con cara de culpable. Le agarré del brazo y nos alejamos de los tres pequeños que gracias a Dios estaban a salvo…
-Tranquilízate –Dije a Llue mientras le acariciaba el pelo.-Estás a salvo,estás conmigo,con los niños y todo va a salir bien –Concluí mientas le acunaba en mis brazos.
-Tú..Tú no…no lo entiendes…Bella..-Balbuceó.-La..La he matado..La he matado con mis propias manos…-Dijo mientras escondía el rostro con sus manos.
-No pasa nada,tranquilo.¿A quién has matado? –Le miré intentando que él me mirara a mí.
-A..A la chica rubia..Distrito 2..-Logró decir entre lágrimas.-Se parecía tanto a ella.
-Rose…-Murmuré.-Escúchame, mírame.-Tuve que obligarle a mirarme.- Douglas, mírame –Llamarle por su nombre de pila pareció despertar en él un pasado y unos recuerdos.- No has hecho nada malo, ella también ha intentado matarnos y aunque a ti se te pareciera a Scarlet no se parecían en absoluto, créeme…
Apoyó la cabeza en mi pecho enterrando la cara con mi pelo y sollozando aún más.El himno y las caras aparecieron,había anochecido antes de lo que esperaba… La primera en aparecer fue Aldara,la chica del uno.. Por lo visto ella había sido el primer cañón del día,aunque nosotros desconocíamos la causa de la muerte. Rose salió en segundo lugar. Al verla Douglas no pudo evitar sentirse más culpable. Lo tranquilicé y acuné hasta que se quedó dormido. Al cabo de un rato los pequeños se acurrucaron a nuestro alrededor para dormir tranquilos. Fue una de las noches más tranquilas que pasamos en la arena. Para mí ya no existía más Llue,ahora era Douglas siempre. Así el recordaría constantemente quién era y qué hacía aquí.

miércoles, 13 de junio de 2012

Nuevo blog :)

Hola más veces jajaja Ya me encuentro en proceso del siguiente capítulo,pero estoy algo atascada... Mientras tanto,he empezado otro blog , Cuando la primera hoja cae , espero que le visitéis y eso!! Muchas gracias y gracias por vuestra paciencia jajaja Un besazo enorme!

lunes, 11 de junio de 2012

Hola :)

Hola! Siento no poder escribir de verdad... Es que a partir del jueves tengo exámenes todos los días y quiero tener un verano genial,así que me toca estudiar mucho mucho ahora!! Espero tener algún huequito estos días y escribir el siguiente :) Un enorme besazo!

miércoles, 6 de junio de 2012

Catorceavo capítulo


Como sabéis hay exámenes, que me quitan tiempo e imaginación.¡Espero que os guste y no os aburra demasiado!¡ Un besazo enorme!

Me desperté cuando los primeros rayos del alba se asomaron por entre los árboles. No era consciente de haberme quedado dormida. Me levanté primero un poco confusa,pero me relajé al ver a Llue dormido a un metro de distancia. Me acerqué a él y lo zarandeé suavemente. No debíamos hacer ningún ruido para que no descubrieran nuestra posición. Se despertó sobresaltado y tuve que ponerle la mano en la boca para que no gritara. Después de coger nuestras cosas y comprobar que no había nadie cerca, o al menos no veíamos a nadie, salimos. Noté mi boca reseca y recordé que llevaba un día entero sin beber nada.
-Deberíamos buscar un arroyo,me muero de sed. –Le dije a Llue mientras caminábamos por el bosque.
-¿No has bebido agua? Yo tengo en la cantimplora, ayer encontré un riachuelo y llené la cantimplora entera –La sacó de la mochila y me la dio.-  Deberías habérmelo dicho antes. –Sonrío.
Bebí un largo trago de la cantimplora. Luego me sequé la boca y se la devolví. Seguimos caminando durante horas. Cuando, por la posición del sol, calculaba yo que era algo más de mediodía, oímos un grito que rompía el silencio de la arena. Vimos a cuatro tributos Salir corriendo hacia nuestra dirección con cara de miedo. Yo miré a Llue y rápidamente empezamos a correr también por el bosque. Al cabo de un rato dejamos de oír gritos y nos sentamos en un tronco caído. Respirábamos entrecortadamente por la gran carrera que habíamos hecho. Bebimos un par de pequeños tragos de agua y nos quedamos sentados pero alerta. Un ligero movimiento de las hojas a mi espalda me hizo girarme bruscamente en busca de algún ser vivo. Me pareció no ver nada, pero de pronto aparecieron cuatro pares de ojos aterrados pidiéndonos ayuda. De los pares de ojos surgieron cuatro niños. Estaban aterrados. Temblaban de miedo. Querían pedirnos ayuda,pero creo que temían que les hiciéramos daño. Yo les sonreí y les ofrecí el hueco en el que yo estaba sentada. Todos nos sentamos en el tronco y en el suelo.
-Gracias por no hacernos daño.Mi nombre es Alice, y William –Señaló a un chico muy parecido a ella.- es mi hermano mellizo. Somos del distrito siete. Ellos son Raphael del once y Timothy del seis. –Asentí sonriente y los miré mientras Alice los señalaba con la cabeza.
-Yo me llamo Bella y él es Llue – Llue saludó con la mano ligeramente.- No sé si podremos ayudaros demasiado, pero lo intentaremos. ¿Habéis formado una alianza entonces? –Les pegunté con curiosidad.
-Ajá- Respondió el chico al que Alice se había referido como Timothy.- Cuando aún estábamos en el Centro de Entrenamiento decidimos crear la alianza. Somos los más pequeños, por separado somos vulnerables, pero nos dimos juntos que todos juntos……. –No terminó la frase. Pareció como si el niño se hubiera dado cuenta. Nunca hubieran podido ganar los cuatro juntos. Si ellos hubieran conseguido ser los cuatro últimos, cosa bastante difícil con los profesionales rondando, se tendrían que haber matado.
-Bueno, nosotros también somos una alianza –Dije intentando distraerles.- Iremos a partir de ahora los seis juntos, pero no podremos permanecer todo el tiempo juntos ya que seríamos muy visibles. Dentro de tres o cuatro horas empezará a anochecer. Nos vemos esta noche en el lugar donde nos hemos encontrado por primera vez hoy, ¿Os acordáis dónde era?¿Podréis llegar allí? –Ellos asintieron y todos nos levantamos.- Iremos por parejas. Intentad buscar comida. – Vi como Alice le daba la mano al pequeño Timothy y se dirigían por uno de los caminos. ¿Estaban enamorados?  Tal vez. Me resultaba gracioso que se hubieran enamorado ahora, en estos juegos. Sonreí para mis adentros. Timothy me recordaba a Marcus. No me había dado cuenta de lo mucho que les echaba de menos……… La voz de Llue me sacó de mis pensamientos.
- ¿Nos vamos ya? –Le miré y grité, no muy alto.- Recordad que tenéis que seguir vivos.- Y ya entonces nos fuimos. La caminata se me hacía muy pesada y agotadora. De vez en cuando me tenía que subir a caballito encima de Llue, porque tenía unas enormes heridas en mis pies.
-Queda menos de una hora para el anochecer. Deberíamos volver ya. –Dijo Llue parándose y dando la vuelta.
-Claro.-Le seguí por detrás mientras me iba fijando en los árboles que dejábamos atrás. Vi una pequeña mariposa que jugaba  con una hoja. También pude ver lo que parecía una ardilla trepando alegremente por los árboles. Un sonido de cañón hizo que me aterrara. LLue no era, estaba conmigo. Yo tampoco era. ¿Sería uno de los pequeños? Por favor por favor que no sean ellos. Corrimos por el bosque hasta llegar al lugar citado con los pequeños. Otro cañonazo. Los demás no venían. Empezaba a preocuparme. El tercer cañonazo estuvo a punto de llevarme a un ataque de nervios y llanto. Recuperé la cordura al ver a Timothy corriendo con Alice hacia nosotros. Les abracé fuerte cuando llegaron a mí. Comprobé que no tenían ninguna herida y nos introducimos en el hueco en el que el día anterior habíamos dormido. De vez en cuando nos asomábamos por turnos a la entrada para ver si William y Raphael llegaban. Ya era noche cerrada cuando vi una figura cojeando un poco. Me fijé bien y pude ver que era William. Corrí hacia él y le ayudé a llegar hasta nuestro escondite. Todos nos sentamos y la luz de la luna iluminaba nuestros rostros llenos de lágrimas. Raphael. Él había sido el segundo cañonazo. William nos relató que ellos se encontraban paseando por el bosque buscando algo que llevar a la boca. Una chica de aproximadamente 15 años se acercó a ellos haciéndoles creer que estaba herida. Ellos se acercaron para ayudarla, pero un chico les atacó por la espalda. William luchaba sin querer con el chico y Raphael luchaba valiente contra la chica. Cuando no habían pasado más de cinco minutos, Raphael mató a la chica. Le costó reaccionar, y en ese instante, el chico le mató por la rabia. William, muy acobardado, se puso a correr por el bosque,pero sentía al chico pisándole los talones. Comenzó a coger piedras cada vez más grandes y a tirárselas para entorpecerle el paso. Finalmente el chico cayó y William pudo llegar al punto de encuentro con algunos rasguños  y unos recuerdos horribles para el resto de su vida, o de lo que quedaba de ella.
Todos le estuvimos consolando. Sonó el himno y las caras aparecieron en el cielo. Primero salió la chica del nueve,después el chico del nueve y por último Raphael. Parecía mentira que aquel chico de tez morena,pelo negro y ojos marrones, con una gran valentía que había estado hablando con nosotros esa misma mañana, estuviera ahora muerto. Uno a uno fueron cayendo rendidos. Yo no podía pegar ojo,por lo que me dediqué a observarles, y a grabarles en mi memoria tal y como eran.  William tenía un precioso pelo castaño y unos ojos grises. Alice también tenía el pelo castaño,pero sus ojos eran verdes. Los rasgos de ambos eran muy similares. Luego estaba Timothy. Él era rubio y los ojos eran de un color miel que hipnotizaba. Estaba agarrando la mano de Alice mientras dormían. Las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas. Esos jóvenes enamorados jamás podrían disfrutar su amor. El sueño fue viniendo a mí conforme el amanecer iba llegando.

sábado, 2 de junio de 2012

Treceavo Capítulo.


Por fin he podido subirlo :) Durante estas semanas espero tener tiempo,porque ya sabéis que ahora llegan los finales y eso... En este ya empiezo con los juegos,espero que os guste :) Un beso!

Como me había imaginado estuve toda la noche despierta. Me dormí alrededor de las tres de la mañana,pero al cuarto de hora estaba con los ojos abiertos otra vez.. Esto me pasó durante toda la noche hasta llegar a las ocho de la mañana. Melanie se asomó ligeramente por la puerta entreabierta esperando ver si yo estaba despierta. Me levanté al verla y corrí a darla un abrazo. No la conocía mucho,tampoco la había cogido mucho cariño,pero necesitaba abrazar a alguien. Me puse lo primero que encontré y me dirigí  junto con Jeard a la sala desde la cual partiríamos a la arena. Nos habían dado algo de desayuno por el camino y también me habían puesto el dispositivo electrónico de rastreo para encontrarme en todo momento mientras esté en la arena. Estando en la sala me puse la ropa que nos habían ordenado. Unos pantalones que parecían militares, una camiseta de color negra y una chaqueta que abrigaba bastante. Las botas eran difíciles de poner y supuse que de quitar,pero no pensaba en ello. Mi pelo estaba recogido en una alta coleta. Toda yo temblaba. Tenía mucho miedo. Quizá tuviera oportunidades de ganar..Espera,¿Qué estaba pensando? Era una niña de 14 años, delgada, sin ningún tipo de entrenamiento a la que los profesionales matarían nada más salir del círculo. ¿Y si no salía del circulo? Me matarían al instante. ¿Si me escondiera en la parte más alejada y me hiciera la muerta? Cuántas ideas diversas pasaban por mi mente, y la mayoría absurdas. Una voz indicó que solo quedaban 20 segundos. Me despedí de Jeard con un cálido abrazo. Cuando la voz ya iba a empezar la cuenta atrás desde 10, me subí en el círculo. Unas paredes de cristal me rodearon impidiéndome salir de nuevo. Miré preocupada a mi estilista, pero él me hizo un gesto con la cabeza para indicar que era normal. Antes de que pudiera si quiera responderle, empecé a ascender. Vislumbré unos rayos de sol. Salí a la superficie y todos mis compañeros se hallaban en sus círculos a mi izquierda y derecha. Ahora teníamos 60 segundos para visualizar el campo de batalla, planear una rápida estrategia, y mirar por última vez a nuestros compañeros. Probablemente la mitad de ellos no pasarían del baño de sangre, entre los cuáles podría haberme incluido. Este año la arena parecía haber tomado el significado literal de su nombre. Nada más bajar de los círculos nos encontraríamos con una extensa franja de arena. Más allá había abundante vegetación. Ni rastro de agua. Me había hecho ilusiones con que hubiera un mar,una playa. Estaba tan concentrada en mirar el paisaje que me sobresalté al ver que en el marcador situado en la parte superior de la Cornucopia quedaban 12 segundos. Miré a los lados. El chico del distrito uno a mi derecha, y la chica del ocho a mi izquierda. Busqué a Llue con la mirada. Él también me miró. Le sonreí y miré la Cornucopia. Tres segundos. ¿Una espada?¿Dónde había una espada? Necesitaba encontrar una y hacerme con ella. Se acabó el tiempo de pensar. El marcador llegó a su fin. Todos corríamos hacia la Cornucopia para hacernos con cosas útiles, pero la arena dificultaba el recorrido. A mi no me era difícil puesto que en las playas de mi distrito era lo que más te podías encontrar, lógicamente. Corrí. Me costaba respirar. En la Cornucopia me llevé una mochila y una pequeña espada que encontré. Tuve que salir pitando. Rose,la chica del dos, se acercaba a mí con una velocidad asombrosa y cuchillo en mano. Ya les había quitado la vida a dos o tres personas, y quería arrebatarme la mía. No lo iba a consentir eso, por lo que volví a correr con todas las fuerzas que me quedaban. Me interné en el bosque sin mirar hacia atrás. No quería saber si alguien me perseguía. Corrí, corrí y corrí hasta llegar a lo que parecía el límite de la arena. Me escondí tras un árbol y me senté. Quería descansar, mirar las previsiones que tenía, y más tarde buscaría agua y algún refugio en el que dormir. En la mochila había un botiquín, una cuerda y una cantimplora vacía. En las mochilas no siempre había de todo. También tenía el pequeño cuchillo que había conseguido coger, me lo guardé bien y cerca para cogerlo en cualquier momento de necesidad. Cuando ya hubo pasado bastante rato y no vi ninguna actividad cercana a mí, me levanté. Sentí muy pesados los zapatos y antes de emprender la búsqueda me los quité. Tenía como un kilo de arena en cada deportiva. Cuando volví a estar cómoda me puse en marcha. Apenas se podía ver el cielo mientras caminabas,la densa flora lo tapaba. Creí que ya era el atardecer por el tono rojizo que tenía el cielo. Decidí seguir buscando un rato más. Algo vino a mi mente repentinamente ¿Llue? ¿Dónde estaba Llue? No recordaba haberle visto correr por el bosque. Seguro que estaba bien. Era fuerte, y estaba entrenado.
Agua.¡Agua! No me lo podía creer,después de todo un día sin beber nada había encontrado lo que parecía ser un pequeño charco. Me acerqué corriendo con una sonrisa de oreja a oreja, que se desvaneció al llegar a “charco”. Sólo había sido un espejismo. La noche cubría el cielo con las estrellas y la luna. Me senté en la parte trasera de dos árboles, esperando que no me encontrara nadie.
Cuando los párpados caían pesadamente sobre mis ojos oí un ruido que me despertó de golpe. Me puse en pie despacio y alerta. El filo de un cuchillo y los ojos azules de alguien apuntaban en mi dirección, con el propósito de matarme. Me entró el miedo y el pánico. Lo único que se me ocurrió hacer fue correr y gritar. Pero claro, él no estaba sólo. De las sombras de los árboles surgieron tres sombras más. Aunque no podía ver sus rostros, apostaba a que eran los demás profesionales. Yo seguía corriendo mirando de vez en cuando hacia atrás,pero no conseguía despistarles para huir. Algo me agarró y tiró de mí tapándome la boca. Se acabó,pensé. Seguro que otro tributo quiere acabar con mi vida. Tenía los ojos cerrados muy muy fuerte.
-Tranquila Bella, soy yo.Todo va a ir bien.Estás a salvo. –Me susurró Llue al oído.
Solté un suspiro de alivio. Cuando ya los profesionales decidieron rendirse en mi búsqueda,nosotros nos tumbamos en el suelo. Era un lugar un poco escondido entre los árboles. En la noche era imperceptible. Me acurruqué junto a Llue buscando el calor que desprendía su cuerpo. Miramos al cielo que desde allí sí se veía. Sonó el himno y varias caras surgieron en el cielo. El chico del distrito tres,los dos del cinco,la chica del seis,los dos del ocho,los del diez, la chica del once y los dos del doce. Aún quedábamos trece: Los cuatro profesionales,la chica del tres,el chico del seis,los mellizos del siete,los dos del nueve,el chico del once y nosotros dos.