miércoles, 30 de mayo de 2012

Doceavo Capítulo


En el próximo capítulo (Que aún no sé cuando lo podré subir) Ya empiezan los juegos,pero me gustaría que alguien me propusiera algún personaje de los distritos por favor. GRACIAS. Espero que os guste. Un besazo enorme!

Bajé los escalones con cuidado y al mismo tiempo Llue subió. Nuestras manos se rozaron un pequeño instante, y nuestras miradas también. Me acerqué hasta el lugar en el que Mags y Gavin me esperaban. Me recibieron con una buena crítica sobre mi entrevista y nos quedamos observando a Llue en la pantalla. Lo único que hacía era ser él mismo,responder con la misma forma que lo hacía con todos, parecía borde, pero era muy simpático. A todos pareció caerles bien.
-¿Alguna vez se te había pasado presentarte voluntario en los juegos si no hubieras salido elegido? –Le preguntó Connor a Llue recolocándose la americana.
-Por supuesto. He entrenado en un centro profesional de mi distrito desde los 14 años.
-Interesante. ¿Hay alguna razón que puedas darnos para que sepamos tu elección en los juegos?
-Mi.. –Le temblaba la voz.Llue dudó un momento,miró al público y continuó.- Una persona querida murió en los Juegos, y nadie la recuerda. Quiero ganar para que ella no quede en el olvido. –Dijo con voz firme e indiferente.
-Veo que eres un chico muy valiente y… -Sonó el timbre.- Se nos acabó el tiempo.. Una lástima. Te deseo mucha suerte –Se estrecharon la mano y Llue se retiró del plató.
Claro. ¿Cómo podía haberlo olvidado? ¿Cómo podía todo el mundo haber olvidado la muerte de Scarlet? Scarlet era una chica algo introvertida, rubia, de unos preciosos ojos azul cielo, pero tenía todos los huesos marcados. Estaba anoréxica, y recuerdo la cantidad de días que faltaba a clase y la cantidad de veces que lloraba en el baño. Iba a mi clase, y salió en la cosecha el primer año que participábamos, hace dos años. No llamó nada la atención en los Juegos, y murió en el baño de sangre de la Cornucopia el primer día. Cierto es que nadie ha vuelto a recordarla ni a mencionarla desde que murió. Pero era la hermana de Llue. Y evidentemente él no la había olvidado, y quería luchar para que todos la recordaran. Ahora ya podía comprender su manera de ser. Antes era un chico bastante normal, con amigos y feliz dentro de lo que cabe. Cuando bajó los escalones se dirigió al ascensor para subir la habitación,y yo fui corriendo tras él y entré. No le hablé ya que no parecía tener ganas de ello. Llegamos a nuestra planta y él se metió en su habitación. Yo aburrida decidí subir al ático. Las entrevistas seguirían su curso hasta haber acabado con todos, pero no teníamos obligación de quedarnos allí a verlas porque a la noche las íbamos a ver enteras. Me senté en un banco que estaba un poco oculto entre las plantas. Sin darme cuenta me había subido el ramo de flores que me habían regalado. Subí una pierna al banco y la crucé por debajo de la otra. Me descalcé para evitar hacerme daño. Miraba como el sol se iba poniendo cuando una sombra se acercó a mí. Le vi de reojo y le saludé con la mano.
-Estás muy guapa,has hecho muy bien la entrevista –Me dijo mientras se sentaba a mi lado mirándome. Le miré un momento.
-Gracias.-Dije simplemente.- Hace días que no te veo,he subido más veces y tú no estabas aquí.
-Lo siento, mi padre ha estado ocupado estos días y me ha prohibido venir con él aquí. Pero hoy eran las entrevistas y teníamos entradas. Me apetecía verte.
Sonreí brevemente mientras seguía mirando la puesta de sol.
-Miles,¿Qué se siente al vivir seguro?¿Al no tener miedo de morir en los juegos? –Dije con la mirada perdida.Él me miró, creo que un poco sorprendido por la pregunta.
-Nada. No siento nada. Siento que me falta algo. Aquí tenemos de todo, y no se valora nada. Todo es falso,artificial, incluso el amor. Cuando los padres cuidan a sus hijos y les inscriben en el colegio, realmente lo único que quieren es que alguien importante se fije en ellos y su familia gane mucho prestigio. Las parejas están juntas por el dinero, la familia y un grupo muy reducido, por amor. Me gustaría ir a los juegos, saber que se siente al morir. –Dijo mirando conmigo al sol.
Me quedé callada un largo rato. Creo que ya había pasado una hora. Tenía que asimilar todo lo que me había dicho y pensar alguna respuesta. Cuando obtuve la mejor respuesta que se me ocurrió, el sol ya se había ocultado. La noche llegaba. Esta podría ser la última noche de mi vida ¿Por qué no aprovecharla? Me levanté, y Miles también. Me acerqué a él rápidamente y con decisión. Acerqué mis labios a los suyos y le besé,me besó,nos besamos. Sus labios eran suaves y cálidos. Fue un beso que me dejo con ganas de más, pero tuve que marcharme. Mientras iba en el ascensor no pude parar de pensar en lo que acababa de hacer. Mis hormonas estaban revueltas. No tenía sentido lo que acababa de hacer. Pero me gustó, y no pude evitar tener una sonrisa en la cara cuando entré en el comedor y me senté en la mesa. No comí casi nada y no pronuncié palabra en lo que veíamos las entrevistas.  Al terminar de verlas me fui a mi cuarto y me tumbé en la cama. Estaba cerrando los ojos cuando Llue entró:
-¿Tú recuerdas a mi hermana? –Dijo desde el umbral de la puerta. Me incorporé ligeramente y le indiqué con la mano que pasara. Cerró la puerta y se sentó en la cama. Me senté en la cama también yo y le contesté.
-Sí, claro que sí. Siento no haberme dado cuenta antes de ello. Tú mereces ganar más que nadie. Te deseo lo mejor. Solo te pido una cosa…. Dile a mi familia,que les quiero, que no sufran. Por favor haz…-Me impidió hablar poniéndome un dedo en la boca.
-Tú no vas a morir. Si hubieran sido otros juegos, quizá me hubiera planteado ganar,pero desde que supe que íbamos a estar juntos en la Arena, supe que ganarías tú. Me recuerdas a mi hermana, quiero protegerte. ¿Me dejarás?- Asentí sonriente y le di un beso en la mejilla deseándole buenas noches. Irónico. No íbamos a pegar ojo ninguno de los dos.

lunes, 28 de mayo de 2012

Onceavo capítulo


Este es el más largo,aunque sigue sin haber demasiado sustancia... Mañana o pasado subiré la entrevista de Douglas ^.^ Espero que os guste,un besazo enorme!!

Me desperté algo confusa. ¿Cómo había llegado a mi habitación? Salí de la cama con sigilo y aparté las cortinas de la ventana. Era de noche. Miré el reloj. Eran las cinco y media de la mañana. ¿Por qué me había despertado tan pronto? Aún algo adormilada decidí sentarme en la cama y me miré en el espejo que tenía de frente a mí. ¿Por qué llevaba la ropa puesta? Todos los recuerdos volvieron a mí de golpe. Anoche lloré, lloré delante de Llue y me trajo hasta aquí. Luego me quedé dormida. Me sentí avergonzada. Salí de la habitación y me dirigí a la contigua. Abrí la puerta lentamente y allí encontré a Llue dormido. Entré y volví a cerrar con cuidado. Me senté al lado de la puerta pegada a la pared y le observé desde allí. Él lo había hecho conmigo y yo veía justo que yo lo hiciera con él. Alrededor de las seis decidí que me aburría, me levanté y volví a salir fuera en silencio. Recorrí el largo pasillo de las habitaciones varias veces, con el fin de entretenerme y pasar el tiempo. Después de un rato mis piernas estaban agotadas. Entré en mi habitación y me tiré sobre la cama. No habían pasado ni  dos minutos cuando Melanie irrumpió llamándome.
-¡Bella,Bella! Arriba, hoy es un día importante, debes estar preparada.
La miré de mala gana y me dirigí hacia el vestidor.
-Chsst, quieta ¿Dónde te crees que vas jovencita?
-¿A cambiarme? –Dije señalando el vestidor con tono de obviedad.
-No,no,no.Ahora debes ponerte este vestido y estos tacones. Debes aprender para estar deslumbrante la noche de hoy. Mags vendrá ahora y me ayudará en esta ardua tarea.
Sonreí forzosamente y me puse un traje muy feo. Era por las rodillas. Todo recto y de un color marrón horrible. Los tacones medirían unos diez centímetros. Parecía una niña de catorce años que medía un metro setenta y tenía gustos realmente grotescos. Aprender a andar con tacones fue más fácil de lo que yo me esperaba. Luego vino andar con tacones y con un libro en la cabeza mientras me mandaban repetir unas absurdas frases sobre la grandeza del Capitolio y algo de un chico muy simpático…Me cambié de vestido varias veces, aunque ninguno de ellos sería el que iba a llevar a las entrevistas.Finalmente me dejé puesto el que más me gusto: Un vestido corto, de color azul celeste ajustado al cuerpo con unos tacones blancos. Terminada la larguísima sesión fui a comer algo. No había desayunado, pero casi no tenía hambre. Me senté en el comedor con la ropa del “ensayo” aún  puesta. Empecé a comer junto con Melanie y Mags. Apenas habíamos comido un par de cucharadas cuando Gavin y Llue aparecieron a comer. No había visto a Llue en todo el día, pero aún seguía muy avergonzada por lo de anoche, así que me dedique toda la comida a esquivar su mirada que me buscaba insistentemente. Finalizada la comida,Gavin anunció:
-Ahora el señor Anllue irá con Mags y Melanie para terminar su preparación y la señorita Norwalk me acompañará a mí. Cumplidas las sesiones, ambos pasaréis a las manos de vuestros estilistas para la preparación de vuestra imagen esta noche.
Fuimos Gavin y yo a una sala de color verde fosforito y allí comenzamos a hablar. Me comentó lo importante que era parecer simpática la noche de hoy, que es cuando solían conseguirse la mayoría de los patrocinadores. Yo le escuché durante casi dos horas sin apenas decir palabra. Concluida la charla, me reuní con Jeard en mi habitación y comenzamos a arreglar mi imagen. Volvieron a perfeccionar mis cejas y a maquillarme. El vestido estaba cubierto con una manta y casi hasta que no llegó el momento de ir a la sala de espera de las entrevistas no me dejaron verlo. Era de un color blanco puro. Me llegaba por la altura de las rodillas. Tenía la tela desde la cintura hasta el final un poco abombada. Era de manga corta. Tenía pequeñas perlas que cubrían los bordes de las mangas, la cintura y también eran utilizadas como botones en la espalda. Llevaba el pelo suelto y con dos pequeños rizos en mi larga melena. Me pusieron un colgante tallado en madera y recubierto de color azul un escarabajo de la suerte. El maquillaje me lo pintaron  de tal manera que mis ojos resaltaban. Estaba muy guapa. Acudí al ascensor y bajábamos todos juntos. Llue y yo fuimos llevados a la sala donde los demás esperaban. Cuando todos estuvimos colocados en fila,Connor, el presentador, empezó su breve introducción. Llamó al primer tributo: Aldara Jackson, del distrito uno. Eran un par de minutos por cada uno. Me apoyé en la pared y miré de reojo a Llue que estaba detrás de mí. Llevaba un traje negro con unas perlas adornándole en algunos lugares. Se supone que teníamos que ir a juego, y parecía que éramos marido y mujer. Por un momento mi mente fantaseó con una vida tranquila, con Llue como marido y puede que dos o tres hijos. Desterré esa idea rápidamente, era absurda, además de imposible. Uno de los dos, si no los dos, iba a morir. Pero, ¿Me gustaba Llue? Era guapo, pero no me parecía extremadamente irresistible. Mis pensamientos ocuparon más tiempo del que me imaginaba, porque enseguida llegó mi turno. Subí por las escaleras con una amplia sonrisa, no porque quisiera caer bien a nadie, sino porque no quería que nadie supiera en lo que había estado pensando. Me senté saludando en el sillón blanco que daba cara al público y cara a Connor.
-Aquí tenéis a la adorable Isabella Norwalk, del distrito cuatro. Bienvenida al Capitolio Bella,¿Puedo llamarte Bella?
-Sí, puedes –Dije sonriendo.- De hecho, todos me llaman así.
-Estupendo Bella,Cuéntanos, ¿Qué te han parecido los tributos rivales? ¿Nos puedes adelantar con quién has hecho alianza?
-Creo que todos los tributos tenemos posibilidades –Mentira,muchos caerán la primera noche.- Pero todos tenemos algo especial este año. Todos hemos sido rechazados por nuestra gente. Todos hemos sido elegidos para ir al matadero –Dije con una media sonrisa.- No puedo adelantarte mis aliados, pero sí diré que no creo que este año sea como cualquier otro.
-Unas reflexiones muy profundas, sin duda…-Dijo Connor seriamente.- Dinos, ¿Se te da bien el arco? ¿O tú eres más de trepar? Quizá los nudos sean tu fuerte debida tu procedencia.
-Ninguna cosa.-Reí suavemente.- No tengo claro lo que mejor se me da
-Yo sé una cosa,Se te da bien enamorar a la gente, tienes una sencillez y una belleza que encandila, sinceramente. ¿Tienes un novio por tu distrito? – Dijo mirándome con picardía.
-¿Novio? –Me sonrojé ligeramente.¿Marcus se podía considerar un novio? No,claro que no. – No no
-¿Estás segura?
-Segurísima, creo que de tenerlo, lo sabría.- Sonreí enarcando las cejas.
-Cierto cierto.. Para finalizar quiero darte una cosa. Me han comentado que te gustan las plantas, y por eso te hago entrega de esto – Me dio un gran ramo lleno de margaritas,rosas y claveles de colores.- Que la suerte esté de tu parte.-Nos dimos un abrazo y yo salí limpiándome una lágrima que se me había soltado.

domingo, 27 de mayo de 2012

Décimo capítulo.


Siento no haber publicado capítulo desde el jueves,pero por diversos motivos personales me ha sido imposible. Espero que os guste este,aunque siguen sin tener demasiado contenido, es la primera historia que escribo y me cuesta un poco... En el próximo capítulo ya serán las entrevistas y a lo mejor algo de los juegos,pero no prometo nada. Gracias, y un besazo enorme :) (¿Podéis recomendar mi blog por ahí? Es que creo que nadie me lee a parte de los que yo sé que sí xD)

Cuando abrí los ojos, un débil rayo de luz se colaba por las cortinas que estaban mal cerradas. Me estiré tranquilamente y me levanté. Me apoyé en el umbral de la ventana y miré la calle con detenimiento. Había mucha gente. Una niña se me quedó mirando, parecía que como con pena. La saludé tiernamente y la vi empezar a llorar. En un primer momento sentí pena por ella, pero luego desterré ese pensamiento ¿Acaso no era su gente la que se divertía viéndonos morir? Ella por lo menos iba a tener una vida llena de lujos y felicidad, mientras que yo podía estar a punto de morir. Miré el reloj. Las nueve de la mañana. Me di una larga ducha y me puse un traje de entrenamiento. Era muy parecido al de los otros días, pero a este le habían añadido el nombre en una chapa en la parte delantera y habían cambiado las botas negras por una botas marrones claritas que no pegaban ni con cola. Desayuné cuando no había nadie. No me apetecía cruzarme con nadie. Me hallaba dándole vueltas al chocolate mientras miraba por la  ventana de frente a mí cuando Gavin y Llue irrumpieron en la soledad del comedor.
-Termina ese chocolate que debes ir a los entrenamientos.-Me dijo Gavin mientras se abrochaba un botón de su camisa.
-¿Las demostraciones no son a la hora de comer? –Pregunté después de tomarme un trago de chocolate caliente.
-Claro,pero no hay que ser muy listo para saber que antes debemos terminar de entrenar un poco más –Me dijo Llue enarcando las cejas.
Terminé mi chocolate y monté en el ascensor. Cuando quisimos empezar a entrenar era ya la una de la tarde, y las demostraciones empezaban a las dos y media. Hicimos un par de circuitos y subimos a comer. Tras la comida bajamos rápidamente a la sala de espera. Allí teníamos que esperar todos juntos a que nos fueran llamando. A las dos y media en punto llamaron al tributo masculino. Su nombre era Jacob Durkey. Mientras iban entrando y saliendo los tributos de los primeros distritos intenté recordar algunos de sus nombres. Aldara y Jacob del uno; Rose y Aiden del dos; Victoria y Timothy del tres. Llamaron a Llue. Mi vista estaba fija en él. Se dirigió a la puerta con total seguridad, y en el último momento,antes de entrar, me miró. Supuse que quería unas palabras de ánimo,o una sonrisa,pero yo le respondí con mi mirada y mi semblante serio. A los quince o veinte minutos llegó mi turno. No miré atrás. Entré rápido y saludé indicando mi nombre y mi distrito. Dijeron que podía comenzar cuando gustara. Decidí coger en primer lugar la espada. Acerté en el corazón de dos muñecos, decapité a uno y a otro le clavé la espada en el estómago. También hice un par de trampas y mezclé unas pinturas. Había pensado utilizar la espada finalmente de nuevo pero dijeron que podía marcharme. Subí a mi piso.
-Dios mío Bella,¿Qué has estado haciendo?¿Reconstruir la sala? –Me recibió Mags.
-No –Dije negando con la cabeza en un tono bastante cortante.-¿ Por qué? Dudo que me sirva de algo saber arquitectura en la arena..
-Has estado dentro tres cuartos de hora, pensamos que debías haber estado haciendo algo especial. – Dijo Llue encogiéndose de hombros.
¿Tres cuartos de hora? Imposible. A mi me habían parecido diez minutos. ¿Significaría eso que disfrutaba manejando la espada? Podría ser.
-He manejado un poco la espada y he hecho un par de trampas. –Me limité a decir. Antes de que pudieran preguntarme nada más subí en el ascensor al piso trece. Tenía la esperanza de que Miles estuviera allí, me apetecía pasar un rato charlando con alguien que no deseara echarme la bronca sobre por una cosa u otra. Me senté en el banco donde habíamos estado hablando la pasada noche. Parecía que había pasado una eternidad, y sin embargo sólo habían sido un par de días. Llego la hora de bajar para ver las puntuaciones. Miles no había venido. Tendría cosas que hacer, tampoco podía pretender que se pasara el día en aquel ático esperando a que yo apareciera. Me coloqué en el sofá que estaba frente a la televisión. Andrea hizo ademán de decir algo, pero ante mi insistente mirada imperturbable al televisor, no me habló. Llue llegó cuando Connor Ohaio y Braxley Duskop comenzaban su discurso antes de decir las puntuaciones. Se sentó a mi lado y me dijo un hola tan bajito y cercano que casi fue imperceptible. A medida que el discurso tocaba su fin, notaba como Llue se acercaba a mí, hasta el punto de que mis piernas y las suyas estaban pegadas. Crucé los brazos y me reacomodé en el sofá ignorándole. Distrito uno,dos,tres.. Cuatro. Todos en el salón guardamos silencio. Primero salió la puntuación de Llue: Nueve. A continuación la mía: Nueve. ¿Nueve? Madre mía, no podía creérmelo. Nos levantamos y todos nos abrazamos con todos. No escuchamos el resto de las puntuaciones. Llegó el momento de abrazar a Llue, y en un principio fue como a los demás,pero de pronto recordé quién era él, quién era yo, que hacíamos allí y el motivo de nuestro abrazo. En dos semanas uno de nosotros estaría muerto. Eso me hizo que le abrazara con más fuerza. Ahora el miedo se apoderaba de mí, ahora que la realidad me caía como una pesada losa. Sólo quedaban dos días para llegar a la arena. Una lágrima rodó por mi mejilla hasta caer en la camisa azul de Llue. Después vino la segunda,la tercera,cuarta,quinta….. En menos de un minuto me hallaba en medio de un llanto ahogado que no me permitía hablar, sólo llorar y llorar. Entonces me di cuenta de que solo estábamos Llue y yo ,con dos avox más, en el salón. Me agarró suavemente del brazo y me llevó a mi habitación. Abrió la cama y yo me metí en ella con la ropa puesta. Aún lloraba y tenía los ojos rojos. Él se sentó a mi lado en la cama y pasó un brazo por detrás de mi cabeza acercándome a él. Me acariciaba el pelo mientras mis ojos se cerraban. Pronto una pesadilla vino a mí, dejando después paso a un sueño profundo que duraría el resto de la noche.

jueves, 24 de mayo de 2012

Noveno capítulo



Este capítulo no tiene muchas cosas,pero tengo algunas cosas que hacer y no tengo tiempo de hacer que la imaginación vuele demasiado.... Os vuelvo a recordar lo del concurso :) Y también quería deciros que a lo mejor próximamente abro un blog con otra historia,aunque esta la seguiré continuando,espero que la leáis y que os guste el capítulo de hoy :) Un besazo enorme!

Alguien estaba agitando violentamente mi cuerpo llamándome a voz en grito. Mis párpados remoloneaban y rehusaban a abrirse. ¿Qué hora sería? Me harté de aquellos movimientos y me senté en la cama abriendo los ojos. Como no, era Llue. Miré el reloj. Las siete y media. Mierda, me había dormido. Me levanté rápidamente y entré en el vestidor dejando a Llue solo sentado sobre la cama. Me volví a poner la ropa del día anterior puesto que hoy tocaba entrenamiento de nuevo. Me peiné con una alta coleta de caballo y salí del vestidor terminando de colocarme una horquilla. Cuando iba a salir tuve una sensación y me di la vuelta suavemente. La sensación seguía allí sentada en la cama.
-¿Por qué sigues ahí? –Pregunté a Llue mientras me seguía colocando la horquilla.-
--¿Por qué no iba a seguir? No tengo nada mejor que hacer. Llevo preparado para el entrenamiento desde hace horas…
-¿Horas? ¿A qué hora te has despertado? –Le miré frunciendo el ceño y me acerqué un poco a él.
-¿Despertarme dices? –Se rio suavemente.- No he dormido.
-¿No has dormido?¿Nada? –Le miré de arriba abajo y no me pareció el aspecto de alguien que hubiera pasado la noche en vela.
-No, he tenido cosas que hacer.
Me preguntaba qué tipo de cosas tenía que hacer un tributo en el Centro de Entrenamiento toda la noche cuando las salas de entrenamiento estaban cerradas. Me limite a encogerme de hombros y me dirigí a desayunar al comedor. Ese día lo hice sola ya que todos habían desayunado ya. En cuanto terminé de masticar el último trozo de tostada me levanté y fui al ascensor, donde Llue me esperaba ya. Entré en silencio. No nos dirigimos una palabra en los 5 segundos que tarda el ascensor en bajar. Como el día anterior ya nos habían explicado el asunto, cada uno fue al puesto que más le apetecía. Yo me dediqué un rato a utilizar los cuchillos,pero no acerté ni de casualidad. Probé con el arco, pero todas las flechas iban dirigidas al suelo o a partes nada importantes de los muñecos. Cogí la espada. Fue para mí una gran sorpresa de que pude manejarla con bastante agilidad. No la usé demasiado tiempo por miedo a que alguien me viera y supiera que se me daba bien. El resto del día me lo pasé pintando y haciendo nudos. A las nueve era el toque de queda y cada uno debía volver a su piso para cenar y dormir. Llue y yo subimos juntos,de nuevo, sin dirigirnos palabra. A la hora de cenar fueron realmente pesados preguntando y dándonos consejos.
-Aseguraos de que mañana os dé tiempo a mostrar todas vuestras habilidades, los vigilantes deben saber lo que se os da bien para que puedan ayudaros en la Cornucopia.-Decía Mags.
-En la arena no olvidéis hacer lo que haga falta para intentar obtener patrocinadores. Lo que sea necesario.-Decía Gavin.
Terminé de comer y me fui a dormir. Yo no iba a seguir sus consejos. Me daba igual que los Vigilantes no me ayudaran o que los Patrocinadores decidieran no enviarme nada. Quería ganar por mis propios medios sin ayuda de nadie. Me di una ducha fría para despejar mis ideas. Me sentó realmente bien. Salí y me puse el albornoz. Busqué un pijama bonito en el armario y me cambié. Tras estar preparada para dormir me senté en la silla próxima a la ventana y miré a través del cristal. Un montón de luces y de puntos,que parecían ser personas, se movían de un lado a otro,inquietas,incluso a esas horas. En el resto de los distritos no solía haber luz por la noche, se utilizaban luces o nada quizá. Llue abrió la puerta, y al ver mi cara de pocos amigos se limitó a desearme las buenas noches. Yo le creía peor persona, pero era realmente simpático. Me odiaba a mi misma por ser así de borde, pero la situación sacaba lo peor de mí. Me acosté en la cama y estuve reflexionando. Me vino a la cabeza un pensamiento. Todos los tributos que estábamos allí aquel año habíamos sido elegidos por nuestros compañeros de clase, nuestros vecinos y puede que incluso por nuestra familia. Todos debíamos tener algo amargado en nuestro interior y ninguno tendría muchos amigos, quizá nadie se hubiera molestado en conocernos de verdad. Recordé también por un instante a Miles. No había pensado en él desde la noche anterior. Esbocé una ligera sonrisa y me dormí intentando no pensar en el siguiente día.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Octavo Capítulo


Espero compensaros con este el capítulo de ayer. Os sigo recordando que necesito que participe alguien en el concurso por favor. Gracias,espero que os guste.Un besazo enorme!

El primer entrenamiento fue bastante bien. No hubo ninguna pelea entre los tributos, pero sí se notó cierta tensión. Llue hizo caso a Mags y mostró sus grandes habilidades. Era muy bueno lanzando cuchillos y creando trampas, sobre todo anzuelos. Yo me dedique a mezclar algunos mejunjes hasta que obtuve el color gris. Más tarde estuve trepando por varias cuerdas y escaleras. Tras acabar el entrenamiento cada uno volvió a su planta. Charlamos un rato con Andrea y Jeard sobre lo que nos había parecido el entrenamiento. A la hora de cenar llegaron Mags y Gavin.
-Los tributos de los distritos 1 y 2 solicitan aliarse con Llue. –Dijo seriamente Mags al salir del ascensor.
-Buena habilidad con los cuchillos y las trampas, enhorabuena. Pero sobre la señorita Bella….-Completó Gavin, y luego Mags le volvió a interrumpir.
-La señorita Bella se ha dedicado a pintar y a trepar de mala manera.¿No escuchaste mis consejos señorita? –Dijo mientras sus ojos se clavaban en los míos de manera desafiante.- Nosotros estamos aquí para intentar que ganéis, no para que hagáis lo que os dé la realísima gana.
-No he mostrado mis habilidades porque no sé cuales son,y además,¿Quién dice que yo quiera aliarme con ellos? ¿Es que hay una ley o algo por el estilo que nos obliga a ser aliados y matarnos entre nosotros? –Di un golpe en la mesa y me levanté furiosa para irme a mi habitación. Por el camino tiré sin querer un jarrón. Cuando me disponía a abrir la puerta alguien me sujeto el brazo. Me di la vuelta bruscamente y me encontré a Llue mirándome.
-Suéltame, me haces daño. No voy a ir, ni voy a pedir perdón. Si me muero, un problema menos para todos y más posibilidades de ganar para ti. Enhorabuena. –Me volví a dar la vuelta pero Llue se puso delante de mí, tan cerca que mi nariz casi chocaba con la suya y nuestras respiraciones parecían ser una sola.
-Yo tampoco quiero aliarme con ellos, solo les he demostrado lo que sé hacer para que vean a lo que se enfrentan, porque así ellos también mostrarán lo que saben hacer. Sabremos sus puntos débiles y en la arena podremos vencerlos…….- Hizo una pequeña pausa y aproveché a interrumpirle.
-¿Podremos? ¿Tú y yo? ¿Qué te hace pensar que vamos a formar equipo? Yo quiero ir sola. Podré aguantar unos días al menos.
-No me hagas reír Bella, si no sabes ni trepar bien, ¿De veras crees que podrás matar a 23 tributos de los cuáles cinco están entrenados para matar?
Cinco, los tributos del uno y del dos y él mismo, él estaba diseñado para matar. Otra cosa más para no aliarme con él.
-Olvídalo, olvídame. Alíate con ellos, te será más fácil ganar.
Después de decir eso me alejé por el pasillo hacia el ascensor. Me senté en el frío suelo de mármol del que estaba hecho y miré los botones. Vi el número 13 ¿13? ¿Qué habría allí? No iba a ser yo la que me quedara sin descubrirlo. Me puse en pie y apreté el botón. En menos de cinco segundos estaba contemplando como un maravilloso ático lleno de plantas, bancos y buenas vistas se abría ante mí. Salí del ascensor y tras dar una rápida vuelta por toda la superficie me senté en un banco a deshojar una flor que había encontrado por el suelo.
Sentí algo, más bien alguien, que me vigilaba. Miré inquieta a los lados, esperando encontrar a Llue que me hubiera seguido o a algún agente de la paz que se dedicara a patrullar este lugar. Mi sorpresa fue bastante al ver a un chico de unos quince años asomarse entre las margaritas. Era increíblemente guapo. Pelo negro como el carbón, ojos grises y piel morena. Pero no recordaba haberle visto en los entrenamientos ni en las cosechas. ¿Sería un ladrón del Capitolio? Lo dudaba, la gente de por allí tenía dinero, no era como en los distritos. Se acercó a mí como si fuéramos amigos de toda la vida y se sentó a mi lado.
-¿Disfrutando de las vistas Bella?- Le miré aún más extrañada que antes al ver que sabía mi nombre.
-No la verdad, en la oscuridad de la noche sólo se puede ver las sombras de lo que por el día es. ¿Quién eres?¿Por qué sabes mi nombre? –Dije mirándole de perfil.
-Qué maleducado soy –Me tendió la mano- Miles, me llamo Miles. Soy hijo de uno de los vigilantes y vivo aquí.
-¿Vives en el ático del centro de Entrenamiento?
-No –Dijo riendo.- Vivo en el Capitolio.
-Pero.. Tú pareces normal…
-Sí bueno, mi familia es del distrito 12, nos destinaron aquí hará tres o cuatro años.
Sonreí y seguí hablando con él durante un par de horas más. Era un chico verdaderamente simpático. Me contó que tenía una hermana pequeña y otra mayor. Su madre había muerto al dar a luz a su hermana pequeña y su padre trabajaba mucho por lo que casi no pisaba por casa. Yo le conté lo de mi padre y mis hermanos. Ambos nos consolamos mutuamente. Cuando me quise dar cuenta eran ya las tres de la mañana. Al día siguiente debía levantarme a las siete para los entrenamientos. Me despedí de Miles y bajé a mi planta de nuevo. Esa noche no tuve apenas problemas para quedarme dormida en cuestión de segundos.

martes, 22 de mayo de 2012


Hola, antes de nada muchas gracias por leer el capítulo de hoy ;) Os quería pedir dos cosinas: Veréis una amiga acaba de hacerse un blog ( http://imaginacionescrita-april.blogspot.com.es/ ) y me gustaría que leyerais los capítulos que colgará ya que son realmente preciosos (Y no la copiéis,que ya veo yo intenciones jaja) Y segundo,me gustaría que alguien participara en los “Concursos” que puse ayer porfa please jajajaja El capítulo de hoy es muy corto debido a los exámenes que me ocupan bastante tiempo,espero tener más tiempo próximamente y escribir uno en condiciones. Bueno,aquí el capítulo de hoy,un beso J

Me desperté un poco agitada. Las pesadillas habían llegado a mí como a medianoche, poco después de que consiguiera dormirme. Todo aquello a lo que más temía se había juntado para no dejarme dormir bien, y presentía que no era la única vez que me pasaría. Los juegos eran una pesadilla constante que siempre aterraría a todo el mundo.
Me costó horrores poner un pie de la cama. Después vino el otro, que le costó bastante más. Me incorporé completamente y cogí la ropa que habían dejado preparada para mí en el tocador. Melanie me había dicho que hoy sería el primer entrenamiento conjunto. A los tributos se les entrenaba durante tres días para que no fueran completamente desentrenados a la arena. El traje era un pantalón negro, una camiseta negra con dos cuadrados rojos en las mangas que incluían el número del distrito, Cuatro en mi caso, y unas botas negras. Me vestí y acudí a desayunar al comedor. En él solo se encontraban Mags y Llue hablando y me uní a ellos, aunque tenía pocas ganas de conversar. Nos recomendó que enseñáramos todo lo sabíamos hacer para que los tributos profesionales del uno y el dos se interesaran por nosotros y quisieran aliarse a nosotros. Cuando ya hubimos terminado el desayuno nos fuimos hasta el ascensor. Bajamos a la sala de entrenamiento de entre los primeros. Nos reunimos con el resto de tributos que ya habían llegado. Cada uno hablaba con su compañero o examinaba de cerca los diferentes puestos de entrenamiento distribuidos por la sala. Era redonda pero exageradamente grande. Había redes para trepar, lanzas, flechas, cuchillos, maniquíes, bolas, pinturas…. En lo alto de la sala había una pequeña sala acristalada con aproximadamente veinte asientos que servían a los Vigilantes para controlarnos y observar nuestras habilidades. Pronto estuvimos todos los tributos dispuestos en círculo escuchando a un señor que nos contaba otra vez todo el rollo de siempre. Por qué estábamos en los juegos, lo que haríamos estos días y que en unos pocos días solo uno de nosotros seguiría con vida.

lunes, 21 de mayo de 2012

Sexto Capítulo


Espero que os guste,como siempre espero críticas :) Un beso!

Bajamos del tren a paso ligero. Nos montamos en los coches y nos fuimos al Centro de Entrenamiento. Desde nuestro vehículo podíamos a ver a un montón de gente rara saludándonos con grandes sonrisas y pelucas extrañas. Nosotros solos nos dedicábamos a mirar, puesto que yo no quería saludar a la gente que iba a apostar por mi muerte y Llue no era nada simpático….
El trayecto no debía durar más de cinco minutos, pero fueron los cinco minutos silentes más largos de toda mi vida. Cuando por fin nos abrieron las puertas nos llevaron a cada uno a una habitación diferente. En la mía había dos chicas, una pelirroja y una rubia, y un chico de pelo ¿Morado? Sí, llevaba el pelo morado, peluca suponía yo. Iban los tres vestidos con extraños petos de rayas naranjas y rosas. Me desnudaron y tumbaron sobre una camilla. Todo el pelo innecesario de mi cuerpo fue eliminado, así como todas las cicatrices, heridas, durezas o imperfecciones que pudieran existir. El pelo me lo lavaron con al menos diez productos diferentes entre mascarillas, champús, protectores… Cuando hubieron finalizado se marcharon y me dejaron sola. Llevaba puesto una fina bata como las de los hospitales. Me senté en la camilla para ver mejor. Era una sala circular, con una bañera ,varias mesas llenas de cosas y unas puertas que suponía era el armario. Estaba en las nubes cuando un chico alto, moreno, vestido de color verde fosforito entró por la puerta. Según me habían dicho él iba a ser mi estilista.
-Buenas tardes Isabella. Me llamo Jeard, voy a ser tu estilista durante los Juegos. Andrea y yo os vamos a poner siempre iguales, que parezca que entre vosotros haya filling, ¿Me entiendes querida?
Asentí entrecerrando los ojos. Era un tío simpático, no cabía duda, pero no dejaba de ser como todos los demás. Su acento, su aspecto , su manera de hablar de los juegos como si no fuer más que una serie de televisión.. Realmente para los del Capitolio lo era. El me sonrío ampliamente y sacó una percha con una funda de la doble puerta que yo ya imaginaba que sería el armario. Lo abrió y me enseñó el traje esperando ver mi reacción. Me levanté de la camilla y me acerqué a tocar el traje. Era suave, de seda. Era de un color azul claro y tenía detalles azules por los tirantes y el escote que representaban las olas del parte. En la parte de la espalda tenía un dibujo de un pez realizado con las mismas “olas” que cubrían el vestido. Me puse el vestido satisfecha y salí de la sala. Fui al lugar donde se encontraban los demás tributos y me reuní con Llue. Todos los años se realizaba un desfile y cada distrito debía representar con su ropa a la ocupación de su lugar de origen. Por eso Llue y yo íbamos vestidos como el mar. Nuestro distrito se dedica a la pesca. Eché un vistazo rápido a los demás distritos. Enseguida vi a los mellizos, niña y niño, del distrito 7. Su ropa era muy simple. Supuse que sus estilistas pensaban que no merecía la pena malgastar nada con ellos, puesto que no durarían ni dos días en la arena. También vi a los del cinco, vestidos como electricistas y a los del doce como mineros con sus cascos y picos. Ya era la hora. Cada tributo se subía con su compañero al carro correspondiente. Comenzó a salir el distrito dos.Todos los recibían con entusiasmo y vítores. El dos,el tres..Llegó nuestro turno. Estaba muy nerviosa, me sudaban las manos. Salimos y yo saludaba sonriente. Me habían dicho que tenía que conseguir patrocinadores haciéndome la simpática. Pero no vi a ningún tributo más saludando. Llegamos ante la mansión del presidente Snow. Dio su largo y estúpido discurso de bienvenida y todos volvimos donde habíamos salido. Mags, Gavin, Victoria, Jeard y Melanie. Subimos hasta nuestra planta, que era la cuatro, el mismo número que nuestro distrito.  Fui a mi habitación y era más impresionante que la del tren incluso. Me cambié y todos fuimos a cenar. Comí un poco de cordero, pero lo demás lo dejé intacto. Vimos el desfile y nos fuimos a dormir. Llue y yo íbamos en la misma dirección puesto que nuestras habitaciones eran contiguas.
-Duerme bien, si es que puedes pegar ojo –Me guiñó un ojo y se metió en su cuarto. Yo le eché una mirada de desprecio, aunque no me viera. Entré en mi dormitorio y después de ponerme el pijama me eché en la cama y cerré los ojos. Quería quedarme dormida pero había muchos pensamientos que invadían mi mente. ¿Por qué la gente del 7 había elegido a esos pequeños para venir a matarse? ¿Por qué la gente del Capitolio no se daba cuenta de que todos sufríamos mucho con esta diversión suya? Esas preguntas que tanto me costaban resolver y pensar. Poco a poco, conforme pasaban las horas, el sueño iba apoderándose de mí.

Una semana.Nuevas cosas y "concursos" :)

Hoy mi blog hace una semana, y para celebrarlo pongo algunas cosas.
He inaugurado otra encuesta,espero que la votéis porque cuando se acabe realizaré una cosa con los resultados :)
Me gustaría hacer un pequeño concurso que una amiga me ha recomendado.Veréis,necesito ideas nuevas para personajes de los juegos a los que va Bella. Podéis utilizar lo que voy poniendo de los tributos de otros distritos para guiaros (Por ejemplo,ya he puesto que hay unos mellizos en un distrito y esas cosas) Necesito que me pongáis el nombre y apellido,psíquico,físico,distrito,familiares,aficiones,habilidades y a poder ser algún secreto (Que os pido no pongáis en público,ya os diré donde podréis mandarlos ^.^) y los que más me gusten los incluiré en el relato y los afiliaré enseguida a parte de hacerles una mención en alguna entrada del blog.
Otro "concurso"(Más bien es como una apuesta) que me gustaría hacer es que me dijerais conjeturas y apuestas sobre lo que va a pasar a lo largo de la historia. Si alguna me gusta mucho y decido incluirla en el relato hablaré con la persona en cuestión para preguntarle si me lo cede o no.
El último día para poner comentarios es el día 3 de junio.El día 4 o esa semana diré los resultados

domingo, 20 de mayo de 2012

Quinto capítulo


Aquel lugar era alucinante. Nunca en mi vida había visto tantas cosas bonitas y caras. Candelabros  y cubiertos de plata, muebles de caoba, manteles de seda, cortinas con bordados de oro …. Me senté en uno de los sofás. Era de piel. Lo toqué impresionada mientras notaba la mirada de Melanie clavada sobre mí.
-Deja de atosigar así el sofá, acabarás estropeándolo.. –Dijo medio enfadada.
La miré detenidamente por primera vez en todo el día. Había estado tan ocupada pensando que no me preocupaba su aspecto. Iba vestida con un vestido por las rodillas, de rayas horizontales rosas y amarillas, de manga francesa, y su pelo rubio teñido recogido en un moño alto. Llevaba unas super pestañas postizas y una sombra de ojos color rojo chillón, a juego con sus labios. Sus zapatos eran de un naranja espantoso. Al parecer a la gente del capitolio le gustaba ir bastante extravagante..
Alguien entró por la puerta. Era Mags y Gavin, nuestros mentores. Cada año se escogían a dos vencedores, chico y chica, de los juegos de cada distrito para que fueran mentores de los tributos de ese año, y en algunos distritos,en los que solo había uno o dos vencedores, debían ser todos los mentores. Ese año nos tocarían estos mentores. No estaban mal.
-Bienvenidos tributos del distrito cuatro. Nuestros nombres son Mags y Gavin,y seremos vuestros mentores en estos juegos. Estamos aquí para intentar ayudaros a ganar.Cualquier duda, pregunta, queja o sugerencia que tengáis debéis comentarla con nosotros. ¿Cuáles son vuestros nombres?- Dijo la chica. Era de mediana estatura, ojos azules, pelo oscuro y de unos treinta y algún años. Llevaba unos pantalones de traje con una americana en los mismos tonos. El hombre tendría alrededor de veinte y muchos años y llevaba un esmoquin.
-Yo me llamo Douglas Annllue, pero todos me llaman Llue. –Me sobresalté al oírle hablar,ya que no me acordaba de que él estaba aquí. Los mentores dieron su aprobación con la cabeza y todos me miraron a mí. Durante un momento no entendía por qué pero luego ya recordé que tenía que decir mi nombre.
-Isa..Isabella… Isabella Norwalk –Dije balbuceando.
Me asintieron también a mí. A continuación nos dirigieron a los que serían nuestros aposentos esta noche, hasta nuestra llegada al Capitolio. Mi habitación estaba pintada de color violeta oscuro, y tenía una cama grande en el medio de la habitación. Melanie me estuvo explicando las cosas básicas y luego me dejo sola. Justo entonces aproveché para tirarme a la cama. Cerré los ojos. Tenía ganas de quedarme dormida, pero en ese momento Douglas llamó a la puerta y abrió. Me incorporé apoyándome sobre mis codos y le miré.
-¿Qué quieres Do…..Llue? – Casi pronuncié el nombre de Douglas,y él me miraba con cara de odio.
- Lo primero, nunca me llames Douglas, eso sólo me lo llama mi madre. –Asentí un poco extrañada y el prosiguió.- Lo segundo, encanta de verte Isabella, aunque las condiciones no lo deseen, y lo tercero, dicen que nos cambiemos rápido,que tenemos que ir a cenar.´
Me levanté de la cama y me acerqué a él mucho,aunque ya no me daba miedo.
-Ahora te voy a decir yo un par de cosas.No se te ocurra dirigirte a mi nunca más con esos aires, y prefiero que me llamen Bella.-Me di la vuelta dirigiéndome hacia el baño.- Ah,diles que ahora voy y no olvides cerrar la puerta al salir .-Le oí vacilar,pero finalmente se fue y yo me cambié.
Cuando llegué al comedor todos estaban charlando amenamente mientras me esperaban para comer. Parecía que se les había olvidado que nos están llevando a un lugar para que nos entrenen para matarnos. Eran del capitolio, normal que no lo entendieran… Me senté y mientras cenábamos vimos los vídeos de la cosecha. Muchas manos voluntarias en el uno y dos, ninguna en ningún otro distrito. Dos niños de doce años llorando desconsoladamente en el distrito 7, creía que eran mellizos.  Un adolescente con mirada de rabia en el distrito 2. Luego un montón de gente con la cual no me quedo sus caras. Terminamos de cenar y nos fuimos a dormir. Me costó varias horas dormir,tanto que cuando me quise dar cuenta estábamos llegando al Capitolio. Me asomé por las ventanas y allí estaba. Grande y señorial. Lleno de gente excéntrica y de un montón de lujo de los cuáles los distritos jamás disfrutarían. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Cuarto Capítulo.

Este capítulo es un poco más corto,pero espero que lo disfrutéis y que más gente se una a leerme. GRACIAS! :D


Me enjuagué las lágrimas bien y cuando entraron Sofía y Marcus tenía los ojos rojos. Ellos me hablaban, yo escuchaba y asentía. Quedaba menos de un minuto para que el agente de la paz les arrebatara a ellos también de mi lado, así que les miré fijamente. No me había dado cuenta de lo guapa que iba Sofía, pocas veces llevaba vestidos, y el que llevaba hoy le quedaba espectacular. Luego mire también a Marcus. Que ojos más bonitos tenía, ¿Me daba cuenta en ese momento? “Tonta,tonta,tonta” Me llamé a mi misma. Siempre había negado que me gustara Marcus y él también negó que yo le gustara, pero solo él y yo sabíamos lo que había pasado. Todo ocurrió una tarde de verano, cuando teníamos once años. Los tres habíamos ido a la playa con algunos niños más de nuestra clase. Yo decidí ir a buscar conchas y Marcus vino conmigo. Hablábamos, nos contábamos todo, y éramos muy felices. Cuando llevábamos una buena caminata, decidimos sentarnos en un pequeño jardín que había al final de la playa. Nos sentamos, desde allí no veíamos a nadie, y nadie nos veía. Estuvimos un buen rato en silencio, contemplando la preciosa puesta de sol naranja. Me gustaba mucho el color naranja, pero mi preferido era el gris. No sé como, ni en qué momento, ni por qué, pero solo recuerdo tener de pronto a Marcus mirándome a los ojos, y un segundo más tarde, solo sentía sus labios algo húmedos contra los míos. Era una sensación agradable. Solo el grito de Sofía llamándonos nos sacó de nuestro momento. Ese fue el primer y único beso que le he dado. Desde ese día nada fue igual para nosotros, la adolescencia realmente deja huella en todos y cada uno de nosotros.
Salí de mi ensimismamiento cuando se llevaron a arrastras a Sofía. Entre lágrimas le dije que no se preocupara por mí, que los quería mucho. Me di la vuelta mirando hacia la ventana, deseando que todo esto fuera un sueño, un mal sueño del que me iba a despertar mi hermano cogiéndome en brazos y tirándome al mar. Deseaba que estuviera aquí mi padre…Él siempre sabía que decirme.
Un agente me anunció que nos íbamos a marchar pronto, ya que había que estar a la mañana siguiente en el Capitolio.
Ya me disponía a salir de la estancia, cuando alguien, a quién no esperaba encontrar, irrumpió en la habitación abrazándome muy fuerte pero con cariño, como solo esa persona sabía hacer. Fennisa. Su inconfundible mata de pelo pelirrojo me impedía ver su cara, pero sabía que estaba llorando, llorando por mí. Ella había sido mi mejor amiga de siempre, a parte de Sofía y Marcus claro, pero el año anterior tuvo que ir a los juegos. Por suerte para ella, en su familia sí que les entrenaban, por lo que Nisa era profesional. Ganó los juegos, pero nada volvió a ser igual entre nosotras. Ella solo me dijo que me quería, que siempre estaría en su corazón, pero que la entendiera, que no podía verme. Esas fueron todas sus explicaciones. Yo las entendí y las acepté como algo para alejarme de ella, pero la echaba de menos.
Antes de que siquiera pudiéramos decirnos algo, un agente de la paz que llevaba a Douglas agarrado con la otra mano, me cogió y me llevó lejos de el Edificio de la Justicia. Nos llevaron al tren. Me di la vuelta en el último instante, y me despedí en silencio del Distrito 4,Pesca.

jueves, 17 de mayo de 2012

Tercer capítulo.


Gracias a los que habéis leído los dos capítulos que tengo subidos :) Este no es muy allá,pero hasta que empiecen los Juegos tampoco sé como lo voy a hacer. Si no os importaría,recomendadme que tengo muy pocas personas que me leen por favor Jajaja Gracias de nuevo y espero que os guste, espero comentarios positivos y negativos.

Apenas fui consciente de subir al escenario, pero subí. Daba pequeños pasitos temblorosos acercándome a Melanie que estaba junto al micrófono. Ella me acercó al centro del escenario rodeándome los hombros con su brazo y con su gran sonrisa habitual.
-Aquí tenéis al tributo femenino que habéis seleccionado para que os represente en los vigésimoquintos juegos. ¿Tiene algo que decir, señorita Norwalk? –Dijo mientras acercaba el micrófono a mi boca. Tardé un poco en reaccionar, pero finalmente me acerqué al micrófono.
-Intentaré representar a este distrito lo mejor que pueda. No os agradezco que me hayáis elegido a mí, pero sí que  no hayáis elegido a mis allegados.
No tenían mucho sentido esas palabras pronunciadas en voz alta, pero en mi cabeza sí lo tenían. A continuación me arrancó el micrófono de la boca y ella anunció en voz alta que tocaba decir el nombre del tributo masculino. Se dirigió algo deprisa a la urna que se encontraba al otro lado del escenario y cogió el papel. Se acercó otra vez donde yo me encontraba y el nombre del otro tributo resonó por toda la plaza: Douglas Annllue.
16 años, 1’75 metros, ojos verdes, pelo rubio oscuro más bien algo corto. ¿Psíquicamente? No lo sé realmente. Va a mi colegio y alguna vez le he visto por los pasillos y el patio. Siempre va con alguno de sus amigos raros, aunque no tanto como él.
Me impresionó la manera en la que subía al escenario. Subía seguro, sin miedo. En ese momento recordé que había rumores que entrenaba para ser profesional. ¿Quiénes eran los profesionales? Un grupo de personas de entre 12 y 18 años que se entrenaban desde que cumplían los 12 hasta que se presentaban voluntarios con 18. Había profesionales en los distritos 1,2 y 4 normalmente.
Pero claro, este año no se permitían voluntarios por el sistema de elección de tributos elegido.
Yo no era profesional. Nunca me había planteado ir a los juegos, siempre imaginé que alguna chica se presentaría voluntaria por mí, pero lamentablemente, no.
Después de que Douglas no dijera ni media palabra para nuestro distrito, nos tuvimos que dar la mano. En ese momento le miré a los ojos. Fue una extraña sensación la que me sacudió el cuerpo. ¿Miedo? ¿Inquietud? ¿Curiosidad? Su mano era grande, cálida y tuve la sensación de  que me iba a proteger de todo. Cuando terminamos de saludarnos nos internamos en el Edificio de la Justicia, en el que se nos permitiría despedirnos de nuestros seres queridos y desde el que comenzar nuestro viaje al matadero.
Subí por unas escaleras de madera y detalles de oro que tenían pinta de ser muy caras. A mi me llevaron a la habitación derecha y a Douglas a la que estaba enfrente. Entré y observé la plaza desde la ventana que había en la habitación. Me quedé con todos y cada uno de los detalles de el lugar que había sido mi distrito durante 14 años. Lo más probable era que nunca más volviera. Al poco tiempo mi madre y mis hermano entraron en la sala precedidos por un Agente de la paz que nos indicó que teníamos tres minutos y después se marchó.
Curiosamente no sabíamos nadie que decir, pero unos cuántos abrazos y lágrimas sirvieron para remplazar las miles y miles de cosas que se nos pasaban por la cabeza. De pronto me acordé:
-Mamá, tienes que regar mis petunias y tienes que terminar de tejer la red de Jack que está medio terminada en el costurero del salón.
Mi madre me abrazó soltando algunas lágrimas más mientras me aseguraba de que lo haría.                          El agente de la paz vino a llevárselos, así que corriendo les di otro abrazo y me despedí de ellos conteniendo las lágrimas lo mejor que podía.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Segundo Capítulo


Corriendo volví a entrar en casa. Di un beso a mi hermano Jack que salía del baño y entré yo. Me quité la ropa y me sumergí en la bañera. Observaba todo el baño desde allí tumbada. Me gustaba mucho el sencillo lavabo de madera con margaritas a juego con la bañera. Las paredes eran simples maderas, como en toda la casa. Salí de la bañera, ya arrugada por el tiempo que había pasado dentro, y me fui a arreglarme. Mi habitación era pequeña y tenía dos camas bastante juntas, la de mi madre y la mía. Sobre la colcha marrón caqui de mi cama se encontraba un alegre vestido rosa claro con unas cuñas de flores del mismo tono. Mi madre me recogió el pelo por los laterales y me lo enlazó atrás con un lazo. Cuando todos estuvimos preparados nos sentamos en las sillas viejas que, junto con la mesa, ocupaban el pequeño comedor contiguo a la cocina. Todos nos mirábamos, silentes, no sabíamos que decirnos ni que hacer. Sonó la campana que indicaba la hora de reunión ante el Edificio de Justicia para la cosecha. Alcé la cabeza y miré a Will aterrorizada. Su nombre entraría 26 veces en la urna ese año, y el mío 3. La suerte no está siempre de todas las partes. Me levanté rápidamente de mi silla y di un gran abrazo a todos, prolongando un poco más a mi hermano, podría ser el último que le diera. Salimos de casa y nos dirigimos a la plaza. Por el camino cada uno fue encontrándose con los vecinos y amigos que vivían cerca a nosotros, todos menos yo. Mis únicos amigos vivían en la mejor casa del distrito , exceptuando la Aldea de los vencedores. Mis amigos eran los hijos del alcalde.
Casi no me di cuenta de que habíamos llegado a la plaza. Nos acercamos para hacer el habitual procedimiento de la sangre y luego nos colocamos divididos por chicos y chicas. Busqué a Sofía y la hallé en una de las primeras filas. Me acerqué con una leve sonrisa y la cogí muy fuerte de la mano. Vimos como Melanie Correine se colocaba con sus excelentes modales del capitolio y daba su aburrido discurso:
-Bienvenidos a todos a los vigésimoquintos juegos del hambre. Como por todos es conocido, este año se cumplen 25 años desde los primeros juegos y este es el primer Vasallaje de los veinticinco –Carraspeó un poco y continuó.- El presidente Snow quiso que estos juegos fueran especiales y la sorpresa debía ser guardada hasta este momento. Se ha decidido que todos ustedes deberán votar a un chico y a una chica de vuestro distrito. El niño y la niña más votados, serán los enviados a los juegos. Esto es para recordaros que sois vosotros mismos los que habéis creado estos juegos cuando os rebelasteis .Dicho esto, debéis rellenar las papeletas que los agentes de la paz os están entregando e introducirlas en las urnas –femenina y masculina.- correspondiente.
Toda la plaza estaba muda y paralizada por el miedo. ¿Nos iban de verdad a condenar nuestros amigos y familiares a morir? Yo estaba segura de que mandarían a algunos de los profesionales, de los que se entrenan para ir a los juegos. Mi familia no era de esos. Rellenamos los papeles. Los metimos en las urnas. Cada uno volvimos a nuestros lugares. Los agentes de la paz contabilizaron los votos. Fueron unos momentos de inquietud y miedo. ¿Quién habría salido elegido? Tal vez fuera Max, uno de los que más duro entrenaba y más sed de sangre tenía. ¿De chica? Sinceramente no tenía ni la más remota idea, pero estaba tranquila por Sofía, la hija del alcalde no saldría elegida jamás. Cuando los agentes hubieron terminado, introdujeron los nombres vencedor en la urnas. Melanie se acercó a la urna de las chicas.
-Empezaremos por las damas. –Se aclaró la voz, cogió el papel y lo desdobló con cuidado y no tardo mucho, pero a todos nos pareció una eternidad. Hizo una mueca de satisfacción y se acercó al micrófono. ¿Quién es? ¿Qué nombre hay puesto en esa papeleta? Pensaba yo. Mis dudas se disiparon en cuanto leyó alto y claro.- Isabella Norwalk.
Alcé la cabeza –Que ni sabía que la había agachado.- Solté la mano de Sofía y antes de que mis lágrimas empezaran a caer por mi mejilla, me fui hacia el escenario. Tenía mucho miedo. Y no dejaba de preguntarme: ¿Por qué? ¿Por qué me han elegido a mí? Nadie de este distrito me aprecia, o al menos, no aprecia mi vida.

martes, 15 de mayo de 2012

Primer capítulo.

Todo el mundo me llamaba Isabella Norwalk, pero me gustaba más que me llamen Bella. Era una niña morena, con el pelo castaño y unos preciosos ojos color café. Vivía en el distrito 4, encargado de la pesca.
Me desperté ese día un poco agitada y asustada por el sueño que había tenido. Unas rastrevíspulas atacaban a mi padre y a continuación su corazón dejaba de latir. La misma pesadilla se repetía incansablemente desde que vi como le sucedía eso realmente a mi padre. Por aquel entonces solo tenía cinco años. Mi hermano, mi padre y yo habíamos decidido ir a la pradera cercana a la valla que señalizaba el final del distrito. Estábamos cantando y silbando mientras íbamos recogiendo flores para llevárselas a mi madre, cuando mi padre vio la flor preferida de mi madre al otro lado de la valla. Tras echar un rápido vistazo alrededor decidió que no sería peligroso, nos ordenó esperarle al otro lado de la valla y el cruzó con cuidado. Rápidamente se acercó a la flor y la cogió. Nos la estaba enseñando alegremente cuando un aerodeslizador se materializó encima de él y le lanzó unas rastrevíspulas. Mi hermano se quedó paralizado por el miedo, al igual que yo, pero cuando reaccionó salimos corriendo a casa. Fue una época terrible para toda mi familia. Mi madre viuda y ama de casa, con tres hijos a los que cuidar y alimentar. La única alternativa que hubo fue pedir teselas para mi hermano Jack, que tenía los 12 años recién cumplidos. Mis dos hermanos siempre cogieron teselas, pero yo solo lo hice una vez. Y nueve años después de la muerte de mi padre, seguíamos exactamente igual de mal que entonces. La única mejoría era que mi hermano Jack tenía ya 21 años y se le permitía trabajar y mi hermano Will ese año iría a su última cosecha, porque ya cumplía los 18.
Cuando ya hube reaccionado un poco, me levanté de la cama y fue a saludar desganada a mi madre que se encontraba haciendo algo de desayunar en la cocina.
-Buenos días hija. –Me dijo cuando entré por el umbral de la puerta.- ¿Has vuelto a tener pesadillas hoy? –Todos los años, el día de la cosecha, solía tener esa pesadilla, por eso no era de extrañar que mi madre me lo preguntara.
-Sí, pero creo que ya me voy olvidando de ella, seguro que el año que viene ya no la tengo –Mentí.- No tengo mucha hambre mamá.
-Esta bien hija –Mi madre se acercó a mi, me acarició el pelo y me dio un beso en la frente.- Creo que alguien ha venido a verte –Me dijo sonriendo mientras miraba hacia la ventana que daba al porche. Allí había dos caras sonrientes diciéndome hola con la mano e instándome para que saliera con ellos.
Me puse la bata y las zapatillas de andar por casa y salí con ellos al porche.
-Marcus, Sofía ¡Habéis venido!-Los tres nos fundimos en un emotivo abrazo.
-Por supuesto, hemos tenido que convencer bastante a nuestro padre, pero al final ha accedido –Dijo Sofía con una sonrisa aún mayor.
-¿Ya estás lista para la cosecha? –Preguntó Marcus mientras me miraba de arriba abajo.-Por lo que veo, aún te queda un poco –Sonrío.-
-Qué bobo eres –Reí y le di un pequeño golpe en el hombro.- Me acabo de levantar, me tengo que duchar y vestir. ¿Nos vemos luego en la Cosecha?
-Claro Bella, luego nos vemos.
Me despedí de Sofía con un cálido abrazo y de Marcus con un saludo de manos de los nuestros. Ellos eran los únicos amigos que tenía en este distrito. Los vi alejarse dándose codazos y persiguiéndose el uno al otro, como solían hacer. Era gracioso verles, porque a pesar de ser mellizos, su aspecto era algo diferente. Ella era rubia, de ojos verdes y tez algo más pálida. Marcus sin embargo tenía el pelo castaño, los ojos marrones y la piel bastante morena. Aunque por sus rasgos, podías adivinar fácilmente que eran hermanos.

lunes, 14 de mayo de 2012

Hola a todos :)
Muchas gracias por leer mi blog. Voy a intentar escribir la vida de una persona que fue al primer vasallaje de los 25.No sé si recordáis (Los que habéis leído En Llamas) que en el primer vasallaje la gente tenía que elegir a los tributos que iban a representarles,algo que me parece un tanto cruel.Soy nueva en esto de los blogs,así que intentaré hacerlo lo mejor posible. Me gustaría que hicierais críticas tanto positivas como negativas. Intentaré escribir todos los días que pueda,ya que con el colegio,los exámenes y demás no tengo tiempo para escribir todos los días. De nuevo,muchas gracias por leer mi blog. Enormes besos y abrazos :)