sábado, 3 de noviembre de 2012

Vigésimoprimer Capítulo


Parece increíble pero...ES CIERTO.HE SUBIDO CAPÍTULO,AAAAAH! Me sorprendo hasta yo u.u Os pido mil disculpas,pero entre el otro blog y el colegio,me ha sido imposible subir antes u.u Que sepáis que llevo escribiendo desde las doce y media y hasta que no he terminado el capítulo,no me voy a la cama JAJAJAJA Gracias por vuestra paciencia *-* DOS COSAS:
1ºNECESITO,que visitéis el blog de April( Diario del mar ) y que le comentéis sus MARAVILLOSOS capítulos,porque ella está convencida de que nadie los lee..Y ES MENTIRA MUAJAJAJA.
2ºQuizá os parezca que vaya muy rápido en este capítulo..Y tal vez es cierto,pero ya solo me quedan cuatro capítulos(Sí,en el 25 se acaba T_T) y tengo que escribir estas cositas.También aclararos que a partir de ahora Bella es mayor,en este capítulo concretamente tiene 54 años..MUAJAJA 
Y ya está,espero que os guste y me perdonéis *-* Un besazo enorme!

Los reconfortables asientos de el salón de la cuarta planta del Centro de Entrenamiento,eran para mí de lo más molestos. Llevaban ahí los mismos desde el año que empezaron los juegos,hace ya sesenta y cinco años. Este año,como alguna otra vez en estos últimos cuarenta años,no me tocaba ser mentora,pero me instalaba en el Capitolio durante los juegos para ayudar con mi experiencia.. Desde que gané el primer Vasallaje de los veinticinco,mi vida cambió por completo. Volví a mi distrito con Miles,donde me recibieron como una gran vencedora y una gran “heroína”,pero yo jamás me sentí así. Todo el mundo me daba la enhorabuena por haber derrotado al resto de tributos,pero lo único que significaba para mí haber salido victoriosa era que había perdido a algunas personas,personas que merecían ganar esto mucho más que yo. Cada rincón del distrito me recordaba a Douglas,porque él también era de aquí y sé que para él ganar significaba honrar la muerte de su hermana en los Juegos. Todo esto me fue más llevadero gracias a que tenía conmigo a Miles,que siempre estaba cuando lo necesitaba. Mamá le dejó que viviera con nosotros,así que pasábamos más tiempo juntos del que yo nunca me había imaginado. Los amigos fue otro factor que aumentó notablemente tras los Juegos,pero por mucha gente que fuera mi “amiga”, siempre serían Marcus y Sophie mis verdaderos amigos. Retomé la amistad con Fennisa,mi amiga del pelo de fuego,pero desgraciadamente ella murió en el parto de su hijo Henry. Yo le cuidé a él y a su hijo,el nieto de Fennisa,como si fueran mi familia. Yo también tuve un hijo,Luke,pero el Capitolio me lo arrebató antes de que el niño cumpliera un mes de vida.
Un avox irrumpió en la sala sacándome de mi ensimismamiento. Me indicó mediante señas de que el tren del distrito cuatro junto con sus tributos de este año y sus mentores,acababa de llegar a la estación. Cogí mi chaqueta de color beis a juego con mi camisa blanca y bajé en el ascensor hasta la recepción. Me senté en uno de los sofás de color amarillo fosforito de espaldas a la entrada.Cogí un periódico para leerlo pero justo en ese momento mi móvil vibró en el bolsillo del pantalón. Descolgué y me levanté.
-Miles,cariño,buenos días –Le dije cariñosamente mientras empezaba a caminar por la sala. No podía estar quieta mientras hablaba por teléfono.-¿Qué tal por allí?¿Todo bien? Ya siento que aún no hayas podido venir conmigo,pero yo te sigo esperando –Reí levemente mientras me miraba en un espejo mi pelo con algunas que otras canas y no con tan lustroso marrón que tuvo antaño,cuando era joven.-¿Qué me querías decir cielo?Ya sabes que si no me cortas hablo y hablo y nunca te dejo que me cuentes….Ajá..Ya..¿Y quiénes son los tributos de este año dices? No,a esa chica no la conozco..Pero deben de estar al caer,así que pronto sabré quién es..¿Y el chico?
Su respuesta no hizo falta,puesto que cuando iba a responder llegó la comitiva de mi distrito.El chico,ese chico. Su inconfundible mata de pelo rubio con esos ojos azules como el mismo mar. Aquel chico de catorce años era el mismo que yo había ayudado a cuidar desde que nació. Era el nieto de Fennisa. Miles pronunciaba su nombre cuando el teléfono resbaló de mis manos y cayó al suelo creando un gran estrépito a la vez que el nombre retumbaba en mi cabeza: Finnick Odair.
Mis ojos,aún incrédulos por lo que veían,seguían tan paralizados como el resto de mi cuerpo. Sentí como mis piernas me fallaban y tuve que apoyarme en un sofá para no caer al suelo. Él se acercó a mi y me miró a los ojos transmitiéndome todo el miedo que sentía. Me recompuse lo más rápido que pude y acompañé a los chicos a su piso correspondiente. Una vez allí los avox se encargaron de enseñarles sus respectivas habitaciones y yo me quedé en la sala de estar color rojo chillón acompañada de Mags,la mentora de los chicos.
-¿Cómo has podido permitirlo?¿Por qué has dejado que sea él quién salga como tributo? –Estaba enfadada,y me encaré contra la anciana pero avispada Mags que estaba sentada en uno de los sofás de la habitación.
-Sabes que yo no soy quién elije quién debe venir y quién no.Es la suerte y las papeletas.
-Pero él solo tenía tres..No puede estar aquí,él no.Después de todo lo que le ha pas..
-No,a él no le ha pasado nada Isabella. Deberías ir asumiendo que el hecho de que tú estuvieras en unos juegos,o  que tu amiga Fennisa muriera,al chico le da igual. Él ha vivido bien estos años,y ahora le toca enfrentarse a la muerte,como hacen veinticuatros adolescentes todos los años.
-Ayúdale,por favor.No quiero que le pasa nada.Quiero que sea el vencedor.-Rogué casi en un susurro.
-Ya sabes que haré todo lo que esté en mi mano para ayudarle,pero no creo que necesite mucha ayuda siendo profesional..
En ese momento fruncí el ceño y la miré extrañada. Con que aquellas tardes en las que se iba a playa a hacer nudos..En realidad se iba a entrenar.Me iba a oír. Salí con rapidez de la habitación y fui hasta la de Finnick. Entré y le encontré mirándome sentado en el borde de la cama. Me dirigió una amplia y verdadera sonrisa y corrió a darme un abrazo. A pesar de estar enfadada,los abrazos de aquel niño hacían que se me pasaran los males. Le abracé muy fuerte y después nos sentamos ambos en la cama.
-Me encanta el color de la habitación-Admitió Finnick mientras admiraba cada una de  las paredes.
-Claro,porque es tu color favorito cielo,el color del mar –Dije sonriendo mientras le colocaba el pelo algo revoltoso y largo.-Necesitas un corte de pelo,le diré a tu estilista que te lo haga después..
-Bella,tengo miedo-Confesó.Le miré con ternura y al instante lo atraje hacia mi.
-No te preocupes pequeño.Todo irá bien,no voy a dejar que te pase nada..Además,me he enterado de que el señorito es un profesional oculto-Le reprendí suavemente mientras me alejaba un poco de él para mirarle a la cara.
-Sí..Lo siento..Verás..Pero quería estar preparado por si este momento llegaba..¿Me perdonas?
-Claro que te perdono,pero debes ganar los juegos ¿Vale?-Le dije bromeando y él asintió con la cabeza.
Un avox llamó a la puerta y pasó un carrito lleno de dulces,bebidas y algunos artículos de peluquería. Justo después de él entraron los estilistas.Empezaron a colocar la habitación para realizar todos los pasos para dejar a Finnick como si fuera un dios del mar para el desfile de tributos que tendría lugar esta noche. Mientras todos se preparaban como locos me acerqué a comer algo del carrito,y Finnick vino conmigo.
-Bella-Me giré y vi que tenía una extraña mirada..¿seductora?-¿Quieres un azucarillo? –Y al instante nos empezamos a reír a carcajadas.Aquello era algo que Miles había enseñado al niño cuando era pequeño,y lo que al principio era una gracia de niño pequeño,se convirtió en el suspiro de muchas adolescentes.
Me mandaron salir de la habitación. Esperaba impaciente en la entrada del ascensor con Mags y el mentor masculino a que salieran  vestidos los tributos. Llegaron bastante puntuales,y no pude evitar sorprenderme. La tributo,Margaret, iba vestida con un precioso vestido azul de manga francesa y lleno de brillante,que tenía una perla dibujada con perlas en la zona del abdomen,y llevaba el pelo castaño recogido en un moño medio-alto. Finnick llevaba una imponente cola de sirena azul que le cubría hasta los pies y llevaba el torso al descubierto-Que era de bastante bien ver.- En una de las manos llevaba un tridente casi más alto de él,recubierto de oro y con perlas en las puntas de arriba del todo. Entramos en el ascensor y le susurré al oído lo guapo que estaba al tiempo que me dedicaba otra sonrisa.
Todo salió a pedir de boca. Yo entrené el tiempo que pude con él en los ratos libres.Pasábamos las noches rememorando viejos tiempos,  y antes de darnos cuenta,llegó el día de las entrevistas. Finnick se vistió con un traje color azul oscuro y una camisa blanca,y durante las preguntas se mostró tranquilo.
Lo peor fueron los juegos. Todo empezó demasiado tranquilo ya que solo murieron siete personas en la Cornucopia. Finnick era muy valiente y resistía a todo como podía. Tuvo dificultades,porque uno de los otros profesionales le hizo una herida que le cubría desde el hombro hasta la parte más baja de la espalda. Estuvo a punto de infectársele pero los mentores y yo conseguimos persuadir a la gente para que le mandaran un ungüento. Los días en la arena transcurrieron rápido. Ya habían pasado casi las dos semanas cuando Finnick se batía en un duelo a muerte con la profesional del uno y el tributo del ocho. Al final ellos se acabaron matando entre sí,y Finnick Odair fue proclamado campeón de los sexagésimo quintos Juegos del Hambre.
Desde que volvió estuvo colmado de riquezas y fama. Pasamos mucho tiempo juntos en el distrito cuatro o bien tejiendo redes en la playa,o jugando a juegos de mesa en nuestras casas en la Aldea de los vencedores. Todo iba muy bien,demasiado bien para mi gusto. Lo único que yo seguía añorando a pesar de haber pasad muchos años,era a mi hijo Luke.Quería saber qué era de él,si estaba casado o tendría hijas..Solo quería saber si seguía vivo,y le iba a poder conocer.