Espero compensaros con este el capítulo de ayer. Os sigo recordando que necesito que participe alguien en el concurso por favor. Gracias,espero que os guste.Un besazo enorme!
El primer entrenamiento fue bastante bien. No hubo ninguna
pelea entre los tributos, pero sí se notó cierta tensión. Llue hizo caso a Mags
y mostró sus grandes habilidades. Era muy bueno lanzando cuchillos y creando
trampas, sobre todo anzuelos. Yo me dedique a mezclar algunos mejunjes hasta
que obtuve el color gris. Más tarde estuve trepando por varias cuerdas y
escaleras. Tras acabar el entrenamiento cada uno volvió a su planta. Charlamos
un rato con Andrea y Jeard sobre lo que nos había parecido el entrenamiento. A
la hora de cenar llegaron Mags y Gavin.
-Los tributos de los distritos 1 y 2 solicitan aliarse con
Llue. –Dijo seriamente Mags al salir del ascensor.
-Buena habilidad con los cuchillos y las trampas, enhorabuena.
Pero sobre la señorita Bella….-Completó Gavin, y luego Mags le volvió a
interrumpir.
-La señorita Bella se ha dedicado a pintar y a trepar de
mala manera.¿No escuchaste mis consejos señorita? –Dijo mientras sus ojos se
clavaban en los míos de manera desafiante.- Nosotros estamos aquí para intentar
que ganéis, no para que hagáis lo que os dé la realísima gana.
-No he mostrado mis habilidades porque no sé cuales son,y
además,¿Quién dice que yo quiera aliarme con ellos? ¿Es que hay una ley o algo
por el estilo que nos obliga a ser aliados y matarnos entre nosotros? –Di un
golpe en la mesa y me levanté furiosa para irme a mi habitación. Por el camino
tiré sin querer un jarrón. Cuando me disponía a abrir la puerta alguien me
sujeto el brazo. Me di la vuelta bruscamente y me encontré a Llue mirándome.
-Suéltame, me haces daño. No voy a ir, ni voy a pedir
perdón. Si me muero, un problema menos para todos y más posibilidades de ganar
para ti. Enhorabuena. –Me volví a dar la vuelta pero Llue se puso delante de
mí, tan cerca que mi nariz casi chocaba con la suya y nuestras respiraciones
parecían ser una sola.
-Yo tampoco quiero aliarme con ellos, solo les he demostrado
lo que sé hacer para que vean a lo que se enfrentan, porque así ellos también
mostrarán lo que saben hacer. Sabremos sus puntos débiles y en la arena
podremos vencerlos…….- Hizo una pequeña pausa y aproveché a interrumpirle.
-¿Podremos? ¿Tú y yo? ¿Qué te hace pensar que vamos a formar
equipo? Yo quiero ir sola. Podré aguantar unos días al menos.
-No me hagas reír Bella, si no sabes ni trepar bien, ¿De
veras crees que podrás matar a 23 tributos de los cuáles cinco están entrenados
para matar?
Cinco, los tributos del uno y del dos y él mismo, él estaba
diseñado para matar. Otra cosa más para no aliarme con él.
-Olvídalo, olvídame. Alíate con ellos, te será más fácil
ganar.
Después de decir eso me alejé por el pasillo hacia el
ascensor. Me senté en el frío suelo de mármol del que estaba hecho y miré los
botones. Vi el número 13 ¿13? ¿Qué habría allí? No iba a ser yo la que me
quedara sin descubrirlo. Me puse en pie y apreté el botón. En menos de cinco
segundos estaba contemplando como un maravilloso ático lleno de plantas, bancos
y buenas vistas se abría ante mí. Salí del ascensor y tras dar una rápida
vuelta por toda la superficie me senté en un banco a deshojar una flor que
había encontrado por el suelo.
Sentí algo, más bien alguien, que me vigilaba. Miré inquieta
a los lados, esperando encontrar a Llue que me hubiera seguido o a algún agente
de la paz que se dedicara a patrullar este lugar. Mi sorpresa fue bastante al
ver a un chico de unos quince años asomarse entre las margaritas. Era
increíblemente guapo. Pelo negro como el carbón, ojos grises y piel morena. Pero
no recordaba haberle visto en los entrenamientos ni en las cosechas. ¿Sería un
ladrón del Capitolio? Lo dudaba, la gente de por allí tenía dinero, no era como
en los distritos. Se acercó a mí como si fuéramos amigos de toda la vida y se
sentó a mi lado.
-¿Disfrutando de las vistas Bella?- Le miré aún más
extrañada que antes al ver que sabía mi nombre.
-No la verdad, en la oscuridad de la noche sólo se puede ver
las sombras de lo que por el día es. ¿Quién eres?¿Por qué sabes mi nombre? –Dije
mirándole de perfil.
-Qué maleducado soy –Me tendió la mano- Miles, me llamo
Miles. Soy hijo de uno de los vigilantes y vivo aquí.
-¿Vives en el ático del centro de Entrenamiento?
-No –Dijo riendo.- Vivo en el Capitolio.
-Pero.. Tú pareces normal…
-Sí bueno, mi familia es del distrito 12, nos destinaron
aquí hará tres o cuatro años.
Sonreí y seguí hablando con él durante un par de horas más.
Era un chico verdaderamente simpático. Me contó que tenía una hermana pequeña y
otra mayor. Su madre había muerto al dar a luz a su hermana pequeña y su padre
trabajaba mucho por lo que casi no pisaba por casa. Yo le conté lo de mi padre
y mis hermanos. Ambos nos consolamos mutuamente. Cuando me quise dar cuenta
eran ya las tres de la mañana. Al día siguiente debía levantarme a las siete
para los entrenamientos. Me despedí de Miles y bajé a mi planta de nuevo. Esa
noche no tuve apenas problemas para quedarme dormida en cuestión de segundos.
Me encantaa!!
ResponderEliminarEspero el siguientee cuanto antess.
:P
Muchas gracias :) Probablemente lo suba esta tarde/noche :)
EliminarMe encanta, Carol, sigue escribiendo, tengo muchas ganas del siguiente :)
ResponderEliminarUn besazoo! :)
Gracias amor,yo también tengo ganas de tu siguiente!
EliminarUn besazo <3