miércoles, 23 de mayo de 2012

Octavo Capítulo


Espero compensaros con este el capítulo de ayer. Os sigo recordando que necesito que participe alguien en el concurso por favor. Gracias,espero que os guste.Un besazo enorme!

El primer entrenamiento fue bastante bien. No hubo ninguna pelea entre los tributos, pero sí se notó cierta tensión. Llue hizo caso a Mags y mostró sus grandes habilidades. Era muy bueno lanzando cuchillos y creando trampas, sobre todo anzuelos. Yo me dedique a mezclar algunos mejunjes hasta que obtuve el color gris. Más tarde estuve trepando por varias cuerdas y escaleras. Tras acabar el entrenamiento cada uno volvió a su planta. Charlamos un rato con Andrea y Jeard sobre lo que nos había parecido el entrenamiento. A la hora de cenar llegaron Mags y Gavin.
-Los tributos de los distritos 1 y 2 solicitan aliarse con Llue. –Dijo seriamente Mags al salir del ascensor.
-Buena habilidad con los cuchillos y las trampas, enhorabuena. Pero sobre la señorita Bella….-Completó Gavin, y luego Mags le volvió a interrumpir.
-La señorita Bella se ha dedicado a pintar y a trepar de mala manera.¿No escuchaste mis consejos señorita? –Dijo mientras sus ojos se clavaban en los míos de manera desafiante.- Nosotros estamos aquí para intentar que ganéis, no para que hagáis lo que os dé la realísima gana.
-No he mostrado mis habilidades porque no sé cuales son,y además,¿Quién dice que yo quiera aliarme con ellos? ¿Es que hay una ley o algo por el estilo que nos obliga a ser aliados y matarnos entre nosotros? –Di un golpe en la mesa y me levanté furiosa para irme a mi habitación. Por el camino tiré sin querer un jarrón. Cuando me disponía a abrir la puerta alguien me sujeto el brazo. Me di la vuelta bruscamente y me encontré a Llue mirándome.
-Suéltame, me haces daño. No voy a ir, ni voy a pedir perdón. Si me muero, un problema menos para todos y más posibilidades de ganar para ti. Enhorabuena. –Me volví a dar la vuelta pero Llue se puso delante de mí, tan cerca que mi nariz casi chocaba con la suya y nuestras respiraciones parecían ser una sola.
-Yo tampoco quiero aliarme con ellos, solo les he demostrado lo que sé hacer para que vean a lo que se enfrentan, porque así ellos también mostrarán lo que saben hacer. Sabremos sus puntos débiles y en la arena podremos vencerlos…….- Hizo una pequeña pausa y aproveché a interrumpirle.
-¿Podremos? ¿Tú y yo? ¿Qué te hace pensar que vamos a formar equipo? Yo quiero ir sola. Podré aguantar unos días al menos.
-No me hagas reír Bella, si no sabes ni trepar bien, ¿De veras crees que podrás matar a 23 tributos de los cuáles cinco están entrenados para matar?
Cinco, los tributos del uno y del dos y él mismo, él estaba diseñado para matar. Otra cosa más para no aliarme con él.
-Olvídalo, olvídame. Alíate con ellos, te será más fácil ganar.
Después de decir eso me alejé por el pasillo hacia el ascensor. Me senté en el frío suelo de mármol del que estaba hecho y miré los botones. Vi el número 13 ¿13? ¿Qué habría allí? No iba a ser yo la que me quedara sin descubrirlo. Me puse en pie y apreté el botón. En menos de cinco segundos estaba contemplando como un maravilloso ático lleno de plantas, bancos y buenas vistas se abría ante mí. Salí del ascensor y tras dar una rápida vuelta por toda la superficie me senté en un banco a deshojar una flor que había encontrado por el suelo.
Sentí algo, más bien alguien, que me vigilaba. Miré inquieta a los lados, esperando encontrar a Llue que me hubiera seguido o a algún agente de la paz que se dedicara a patrullar este lugar. Mi sorpresa fue bastante al ver a un chico de unos quince años asomarse entre las margaritas. Era increíblemente guapo. Pelo negro como el carbón, ojos grises y piel morena. Pero no recordaba haberle visto en los entrenamientos ni en las cosechas. ¿Sería un ladrón del Capitolio? Lo dudaba, la gente de por allí tenía dinero, no era como en los distritos. Se acercó a mí como si fuéramos amigos de toda la vida y se sentó a mi lado.
-¿Disfrutando de las vistas Bella?- Le miré aún más extrañada que antes al ver que sabía mi nombre.
-No la verdad, en la oscuridad de la noche sólo se puede ver las sombras de lo que por el día es. ¿Quién eres?¿Por qué sabes mi nombre? –Dije mirándole de perfil.
-Qué maleducado soy –Me tendió la mano- Miles, me llamo Miles. Soy hijo de uno de los vigilantes y vivo aquí.
-¿Vives en el ático del centro de Entrenamiento?
-No –Dijo riendo.- Vivo en el Capitolio.
-Pero.. Tú pareces normal…
-Sí bueno, mi familia es del distrito 12, nos destinaron aquí hará tres o cuatro años.
Sonreí y seguí hablando con él durante un par de horas más. Era un chico verdaderamente simpático. Me contó que tenía una hermana pequeña y otra mayor. Su madre había muerto al dar a luz a su hermana pequeña y su padre trabajaba mucho por lo que casi no pisaba por casa. Yo le conté lo de mi padre y mis hermanos. Ambos nos consolamos mutuamente. Cuando me quise dar cuenta eran ya las tres de la mañana. Al día siguiente debía levantarme a las siete para los entrenamientos. Me despedí de Miles y bajé a mi planta de nuevo. Esa noche no tuve apenas problemas para quedarme dormida en cuestión de segundos.

4 comentarios:

  1. Me encantaa!!
    Espero el siguientee cuanto antess.
    :P

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    1. Muchas gracias :) Probablemente lo suba esta tarde/noche :)

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  2. Me encanta, Carol, sigue escribiendo, tengo muchas ganas del siguiente :)
    Un besazoo! :)

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    1. Gracias amor,yo también tengo ganas de tu siguiente!
      Un besazo <3

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